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La entrevista

Wiggins: “Prefiero pista a carretera: no se habla de dopaje”

Con barba y nuevo corte de pelo, Wiggins debutó en Qatar. En cuanto dispute la París-Roubaix dejará la carretera y volverá a la pista para centrarse en los Juegos de Río 2016.

Wiggins: “Prefiero pista a carretera: no se habla de dopaje”

—Pasa mucho tiempo en Mallorca y mantiene una buena relación con Tolos. Defina su vínculo con España.

—Se trata de una segunda casa para mí. Desde los 16 conozco a Tolos (Bartolomé Llompart, dueño del restaurante que lleva su apodo en el Port de Pollença), son casi 20 años de muy buena amistad. Me gustan el clima, la afición por la pista y el buen ambiente de la isla.

(Por costumbre, cada vez que Wiggo se viste de líder regala un maillot para el establecimiento. Cerca del local se compró una casa de 860 metros cuadrados por más de un millón de euros).

—¿Cómo se siente al disputar hasta la Roubaix sus últimas carreras con el Sky?

—Muy contento. Dejaré la carretera en el momento adecuado. No me quiero convertir en un dorsal más. He conseguido todo lo que me propuse. En el Sky he vivido grandes momentos, considero que he cubierto una etapa brillante de mi vida deportiva y que aún puedo ofrecer más en la pista.

—¿Por qué eligió la París-Roubaix como despedida?

—Aparte de que es una de las clásicas más legendarias y me ilusiona ganar en el velódromo de Roubaix, me dará tiempo para cambiar el chip para la pista. Dispondré de unos tres meses de preparación para los Mundiales, y de doce o trece para afrontar Río 2016. Necesito coger músculo otra vez en el gimnasio, hacerme más grande, y regresar a mis anteriores rutinas de entrenamiento.

—Debuta en Qatar, y estrenará el arcoíris en la crono de Lusail. ¿Cuáles son sus expectativas?

—En la contrarreloj iré a full gas. Me encantaría honrar el maillot de campeón del mundo de la modalidad con una victoria. En los primeros dos días deseo no ceder tiempo por si me hallo en condiciones de aspirar a la general tras la cronometrada. ¿Imponerme en la vuelta? Ya se comprobará, me enfrentaré a croners y velocistas, y el objetivo que busco es ejercitarme en el llano de cara a la Roubaix, rodar duro con este viento tan fuerte. En 2014 hice más preparación en montaña, y ojalá funcionen las novedades del nuevo programa.

—En la pista lo conquistó todo. En la carretera, el Tour y el oro olímpico y mundial de crono. ¿Se ve más como un corredor de pista o como uno de carretera?

—Fui ciclista de pista, ahora lo soy de carretera, y hasta los Juegos de Río lo seré otra vez de pista. Es una bonita combinación y además he logrado muchos títulos en ambas disciplinas. Sin embargo, disfruto más de la pista. No existe tanta política. Si vences en la carretera, sólo te preguntan sobre dopaje. La pista no funciona así. Si alguien va súper rápido y consigue éxitos, nadie se echa las manos a la cabeza. Cansa hablar siempre de lo mismo, de si este o el otro van limpios o no. Por mi parte, estoy orgulloso de haber competido limpio.

—¿Entiende las dudas por culpa de tanto escándalo?

—Sí, pero hasta cierto punto. Desde la época de Armstrong cansa regresar siempre a las mismas historias, que no benefician a este deporte. Hay que evolucionar, trazar una línea y romper con el pasado.

—¿Su relación con Froome está rota?

—No veo a Chris desde el Tour de Omán de 2013, hace dos años. Sólo sé de él a través de lo que hablamos o leemos del otro en los medios de comunicación. No obstante, no conservo el contacto con mucha gente del ciclismo, no se trata de una excepción. Es un gran corredor y lo ha demostrado.

(A pesar de la versión oficial del Sky, Wiggins reconoce con total naturalidad que no se lleva con Froome, algo evidente, ya que su estructura evitaba alinearles juntos).

—¿Por qué? ¿Desconecta totalmente cuando sale del pelotón?

—Algo similar, sí. Me gusta disfrutar con mi familia, con mis hijos, con mi música...

—Para terminar, ¿qué me dice de su propio proyecto, el WIGGINS?

—El ciclismo me lo dio todo, únicamente pretendo construir algo para inspirar a los chavales.