La natación prioriza Tokio
Los Europeos de natación en piscina de 25 metros se clausuraron este domingo en Glasgow sin medallas españolas. Tampoco se esperaban. Bastante hizo Bruno Ortiz-Cañavate con sus tres récords nacionales y con su quinto puesto en la final de 100 estilos. La Federación desplazó a este campeonato a nueve nadadores, una mezcla de juventud con dos más veteranos, Bea Gómez y el propio Bruno, que en ningún caso representan el mejor equipo español que se puede reunir en el agua. El motivo es que la RFEN ha priorizado otra competición de 50 metros por encima de estos Continentales de bolsillo, la Amsterdam Swim Series FINA 2019, que se celebra justo una semana después, del 13 al 15 de diciembre. Allí sí estarán las principales bazas de nuestra natación, encabezadas por Mireia Belmonte, junto a Jessica Vall, Hugo González, Joanllu Pons, África Zamorano, Marina García, la emergente Alba Vázquez… Una convocatoria de 14 nadadores, en la que sólo repite la prometedora Paula Juste, con un objetivo nítido: las mínimas para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
La Federación ha sido previsora y quiere empezar a acumular marcas olímpicas cuanto antes para luego no encontrarse con sorpresas, como ocurrió con los Mundiales de Gwangju, cuando hubo que abrir una repesca. Lo extraño de la cuestión es que el propio calendario internacional sitúe tan cercanas dos especialidades de la natación que son poco compatibles entre sí. “Es como si pasáramos de la pista cubierta al aire libre en atletismo, o del fútbol 7 al fútbol 11, de un día para otro”, me explicó recientemente un prestigioso técnico, que sí hubiera visto más adaptable hacerlo al revés: “La piscina corta después de la larga es más asumible”. En cualquier caso, el calendario está como está. Y ahí, España, que no va sobrada en natación, lo tiene claro: la prioridad es Tokio.