La medicina no es una ciencia exacta y cuando los médicos hablamos de tiempo de recuperación, siempre lo hacemos en términos genéricos, nunca marcando unas fechas fijas. Pau Gasol, es un ejemplo claro de cuanto digo. Se esperaba una recuperación más rápida, pero su proceso patológico no ha respondido como los médicos esperaban.

Llevaba con molestias en su pie izquierdo, varios meses, hasta que un buen día en el mes de marzo se produjo una fractura de stress en su pie izquierdo. Fue intervenido quirúrgicamente por grandes especialistas y posteriormente está siendo sometido a tratamiento intensivo de fisioterapia; consiguiendo una buena recuperación para su vida normal, pero no para su vida deportiva.

El jugador habla de sus problemas circulatorios también, y eso es una de las pequeñas complicaciones que puede ocurrir en su fase de recuperación. Lo que los médicos decimos de alteraciones vasculo-nerviosas, que cursan con inflamación difusa y terminan provocando un enlentecimiento en su proceso de consolidación del foco de fractura y de inmovilización en el resto de las estructuras de tobillo y pie.

Pero dada la edad del jugador, lo importante no es recuperarse rápidamente sino recuperarse bien, esa es la clave. Porque de nada sirve acelerar la recuperación, si ésta no es total, ya que entonces los problemas de recaída y recidivas estarán a la orden del día, mermando de forma considerable el rendimiento del deportista, tanto desde el punto de vista físico, como todavía más importante, psicológico. Porque la psicología a estas edades es un factor fundamental, para el rendimiento de un deportista.