Gira el carrusel de los técnicos en Primera División

Van nueve jornadas en Primera y ya llegan los nervios. Cayó Marcelino por orinar en el tiesto del propietario. Cayó Gallego con los peores números como local de la historia del Espanyol. Y ahora salta de su puesto Pellegrino dejando al Leganés como colista sin conocer todavía la victoria. Y Rubi y Escribá ya están en la cuerda floja. Quien comparó el banquillo futbolístico con una silla eléctrica, lo clavó. Porque la figura del entrenador es determinante, decisiva. Un buen director deportivo que sepa fichar barato y vender caro y un entrenador que logre exprimir al máximo el rendimiento de una plantilla son la clave del éxito en un club. Y el Real Valladolid lo tiene y Ronaldo lo sabe. Por eso Sergio va a renovar dos años mientras clubes con un presupuesto mucho mayor están buscando ya a su segundo entrenador para salir de la crisis en la que se han metido.

Zorrilla es un ejemplo de calma y de hacer las cosas con sentido común. Sin demasiado ruido y sin sensacionalismos. Y Sergio ha demostrado ser un maestro a la hora de moverse entre las habituales turbulencias del resto de equipos de la Liga. Por presupuesto, Mallorca, Valladolid y Granada deberían descender. Pero la clasificación no dice eso y ahora haría bajar a Espanyol, Betis y Leganés. Es lo grande del fútbol. Premia la buena gestión y el saber hacer y castiga los errores garrafales de instituciones infinitamente más poderosas. Por eso, el Real Valladolid debe seguir por su senda, sin alterarse y sin confianzas, pero aprovechando los errores de los demás… por mucho dinero que tengan.