Gallego encontró el oro en Moscú
El fútbol es emocional y el Espanyol es capaz de encarnar el amor-odio como nadie. La primera mitad fue para que el enfado de la afición fuera a más, pero tras el descanso todo cambió. El equipo de Gallego se quitó la pereza y esa sensación de inferioridad que le llevó a no proponer nada, Vargas tuvo libertad, y empezó a volar. El argentino puso una marcha más y firmó un hat-trick de asistencias deliciosas, aunque solo una acabó en gol. De Wu Lei. El chino y Campuzano, que fue clave y merece estar en la cabeza y el corazón de los pericos, pusieron en órbita a un Espanyol que fuera de casa sigue con la tecla presionada. Triunfo para respirar de un Gallego que se aferra a la vida y se podría decir que ha encontrado el oro en Moscú. Gana crédito y va a Mallorca desahogado.
Hacía jornadas que el Espanyol buscaba una alegría y parece que Europa crea tanta ilusión como esperanza. Gallego quiso que su equipo se guardara en la primera mitad, pero este equipo carbura cuando va al ataque. Y no piensa. En el juego directo es letal y así se constató en los dos goles. En ambos, Diego López lanzó al equipo y en, como mucho, tres toques se festejaron los tantos. Primero Wu Lei y después Campuzano. Este conjunto sí vence y convence. Esta victoria siembra los primeros brotes verdes y ahora hay que tratar de no ahogarlos.