Lopetegui conoce bien las escopetas que ahora apuntan a Zidane
Se abrió la veda. Es imposible poner sobre la espalda de Zizou solamente las malas sensaciones que ha transmitido este Madrid de principios de temporada. Hay que mirar más arriba para explicar la falta de ilusión tras ser el club que más ha invertido en el mercado de fichajes y para entender que, sin un centro del campo diferencial, es imposible ser un equipo de referencia en el fútbol moderno. Lo menos paradójico del caso es que todas las miradas se desvíen a la figura del entrenador. Esta película ya se ha visto demasiadas veces en el Madrid moderno: las críticas filtradas por los protegidos que no juegan o por los días de descanso después de una derrota.
El foco de Julen. Por muy competitivo que sea el técnico del Sevilla líder, que lo es, por muy poca paciencia que tuviera el Madrid en su día, Lopetegui no es de pasar facturas y mucho menos de meter elementos de distracción en días tan señalados como la visita de sus ex al Sánchez Pizjuán. Nadie entiende como él por lo que está pasando Zidane y nadie conoce como él a los jugadores del Madrid, que se crecen cuando las críticas empiezan a arreciar. No hará ni dirá nada que desvíe ni un ápice la atención del partido o la importancia de los tres puntos. Sus preocupaciones pasan porque sus jugadores se recuperen bien del larguísimo viaje a Baku e intentar decodificar el plan de Zidane para minimizar al Madrid.
Soluciones tácticas. Mientras, el Sevilla será muy reconocible en su presión alta, en sus cambios de dirección y en la profundidad de sus laterales. Es casi una radiografía de la mala planificación que Reguilón juegue con los locales. Zidane va a tener que innovar si quiere compensar la enorme intensidad que destilan los equipos de Julen. El empaque del Sevilla está en Fernando y Joan Jordán, que están compitiendo a un nivel altísimo. Una posibilidad para Zizou sería meter a sus tres centrales de inicio y asegurarse buenas ayudas en sus flancos. La sorpresa mayúscula sería meter a Militao o incluso a Sergio Ramos junto a Casemiro para equiparar la fortaleza en el centro.
El partido de la verdad. Más allá de cómo acabe el partido del Sánchez Pizjuán, la semana de tres partidos es la que va a marcar el futuro inmediato. La visita al Atlético, con el 3-7 de pretemporada planeando, tendrá más peso que lo que pase en Nervión.