Sin noticias de ningún Dream Team

España está donde quería estar antes de arrancar el Mundial de baloncesto, pero mejor de lo que nunca se había imaginado. Los responsables de la Selección veían un éxito alcanzar las semifinales, y ahí se encuentran, con fecha y hora: viernes, a las 10:00. De paso, con un premio extra: la plaza directa, sin pasar por el Preolímpico, para Tokio 2020. Los pronósticos dictaban que si los de Scariolo alcanzaban esta penúltima ronda, se verían obligados a subir al podio para ir a los Juegos, porque sólo dos equipos europeos accedían a esas plazas, y la lógica señalaba que en esa fase estaría Estados Unidos con tres selecciones del Viejo Continente, que pelearían por los pases. Pues, bien: ni una cosa, ni la otra. La Selección ya tiene pasaporte olímpico, igual que Francia. Y el USA Team se queda sin medalla.

El guion de la Copa del Mundo ha saltado varias veces por los aires y el escenario no se parece en nada al vaticinado. Todo comenzó a virar cuando España vapuleó el pasado domingo a Serbia, el gran coco del campeonato, por encima incluso de Estados Unidos, que venía de tropezar en la preparación ante Australia y de titubear en la primera fase ante Turquía. La Argentina de Campazzo remachó el martes a los serbios y, un día después, Francia confirmó que a China no ha viajado ningún Dream Team. Las semifinales, tan inesperadas como justas, dejan fuera a las dos grandes favoritas. Los emparejamientos impresionan e ilusionan: Australia-España y Argentina-Francia. Las cuatro selecciones han demostrado en la parte decisiva del torneo que pueden aspirar al oro. Hay licencia para soñar.