MUNDIAL DE CHINA | ESPAÑA 81 - SERBIA 69
España da cátedra a Serbia y se cita con Polonia
Colosal partido de la Selección (81-69), gigantes Claver y Rudy y mágico Ricky. Recital táctico de Scariolo que volvió loca a Serbia.
"A mi no me engañáis, siempre hacéis lo mismo". La frase de Djordjevic en un corrillo de periodistas españoles en las entrañas del Wuhan Center dos días antes de enfrentarse a España permanecerá en el recuerdo un tiempo. Contra todo pronóstico, la Selección dio cátedra a Serbia; Scariolo volvió a doctorarse como entrenador de máxima élite dejando en 69 puntos a una selección que pasaba de cien silbando y España termina líder de grupo. Jugará contra Polonia este martes en Shanghái los cuartos de final de Mundial con el extra de que, salvo sorpresa, también evitará a Estados Unidos.
Fue un partido bello y riquísimo tácticamente que España resolvió con un segundo cuarto mágico, un tercero en el que agrandó la brecha con determinación y uno final en el que supo sufrir y contener las embestidas de ese jugador brutal que es Bogdanovic. Un encuentro para el recuerdo, sin duda, que volvió a elevar a Rudy (con él, España hizo un +18 en el campo), a un Claver colosal en el rebote (y la anotación, 14 puntos) y a un Ricky fantástico director de orquesta. Maduro, seguro de su dirección, con buen pulso otra vez en los tiros libres importantes. Pero que sobre todo premió el trabajo de un equipo en el que también destacaron Ribas, Llull y en el que Marc supo intimidar tanto que provocó la expulsión de Jokic, sacó del partido a Marjanovic y terminó dominando con la mirada a Raduljica. España, en fin, volvió a engañarnos como siempre.
Scariolo sacó a pasear el librillo del baloncesto en la primera parte. Al farol que se estaba tirando Djordjevic en el campeonato de colocar a Bircevic como titular le respondió con Oriola y el barcelonista le mandó al banquillo en tres minutos con seis puntos. Serbia tomó la delantera rápido y con Bogdanovic al mando se puso 11-20. Dio la sensación de que volvía a coger el carril de vehículos rápidos en el que lleva todo el Mundial, pero salió de nuevo la segunda unidad y empezó el show defensivo. Scariolo juntó por primera vez a Marc y Willy para contener la altura serbia, enseñó esas zonas que trabajó en aquellas mañanas de Los Ángeles y en los amistosos de Málaga y empezó a levantar el partido. Primero lo igualó gracias a un espectacular mate de Willy en la cara de Marjanovic y a un triple de Rudy. Luego se distanció con un triple de Llull, otro de Juancho, otro de Rudy y otros dos de Ricky...
Scariolo llegó a utilizar tres tipos de zona en la primera parte: 2-3, caja y uno y 3-2. La fantástica lectura de los jugadores que son especialistas defensivos como Ricky, Rudy (espectacular en las líneas de pase), Claver y Ribas le permitió un segundo casi perfecto. España, que había llegado a perder de nueve en el primer cuarto, llegó a ponerse 41-31 y acabó la primera parte con un triple de Llull, que se fue dando saltos de alegría (45-37).
El farol de Bircevic ya había desaparecido al inicio del tercer cuarto. Djordjevic colocó en la pista a Jokic, pero a la estrella de los Nuggets Ricky y Rudy le seguían quitando balones. Y le terminaron sacando de quicio. Después de una extraordinaria defensa de Marc, Jokic perdió la cabeza e insultó a los árbitros. La descalificante no descentró a España, extraño efecto secundario que en ocasiones se da. La Selección siguió focalizada y con su recital defensivo alcanzó una máxima diferencia de 21 puntos (63-42) gracias a la aparición en escena de un Marc sabio. Pero que Serbia iba a reaccionar era evidente. Y que la carga la iba a encabezar Bogdan Bogdanovic, también. Del 63-42, Serbia pasó a un prometedor 67-56 al final del tercer cuarto con 18 puntos. Había descontado diez puntos en un ratito y prometía meter una marcha más.
El aviso oficial de Serbia llegó al inicio del tercer cuarto. Un mate de Raduljica sacó a pasear el orgullo serbio por el Wuhan Sports Center (67-58). El parcial, 14-4, empezaba a ser diabólico. Dos tiros libres de Rudy y un triple de Llull lo frenaron, pero Serbia estaba por dar guerra, herida como estaba por sentirse tan favorita. Todas las respuestas las tenía Bogdanovic, que dio en la cancha todas las respuestas que no había dado Djordjevic en el banquillo. Scariolo tiró de sus clásicos y calcó la brutal defensa de los últimos minutos contra Italia. Claver se convirtió en un gladiador, Rudy jugó un partido de clínic y Ricky dirigió y le dio el estoque a Serbia con sus canastas a aro pasado y sus tiros libres. Djordjevic sacó bandera blanca y se pidió revancha, ojalá, para la final de Pekín. España reventó muchos pronósticos en Wuhan. Su partido fue sencillamente memorable.