Blanca, allá donde estés...

El fin de semana nos propuso una oferta frenética y excitante de deporte, con la Vuelta a España, el Mundial de baloncesto, el US Open, la Fórmula 1, LaLiga de fútbol... Una tromba de eventos que no impidió que se nos colara como noticia principal un llamamiento angustioso de la Policía, una intensa búsqueda por la Sierra de Guadarrama, un caso y un personaje que nos llegan directamente al corazón. Blanca Fernández Ochoa lleva más de una semana desaparecida, para angustia de su familia, y ahora también del mundo del deporte y de España entera. La incertidumbre nos tiene sobrecogidos. Allá donde estés, Blanca, que sepas que has despertado la preocupación de tu país, que muchos recordamos tus gestas y que otros muchos están aprendiendo a valorarlas ahora. Queremos que vuelvas.

Ahora que tu nombre ha retomado la actualidad, es momento de recordar quién eres, por qué tu ejemplo es tan importante en nuestra historia deportiva. Eras una niña, en esa edad en la que no te gustaba la nieve porque pasabas frío, cuando escuchaste de madrugada, en tu casa de Cercedilla, que tu familia gritaba: “Oro, oro...”. Tu hermano Paco, siempre Paquito, se había proclamado campeón olímpico. Seguiste su estela para forjar tu propio camino. Y así lloramos contigo tras la caída que te bajó del podio en Calgary 1988, y lloramos contigo, pero esta vez de alegría, cuando te colgaste ese bronce en Albertville 1992 y te convertiste en la primera española con una medalla olímpica, en una pionera de nuestro deporte. Allá donde estés, Blanca, que sepas que formas parte de nosotros, que te admiramos y te queremos.