Prado, el nombre del día
Puede que debiera estar comentando el sensacional triplete de españoles en Silverstone. Alabando la victoria de Álex Rins en MotoGP en el circuito británico, que les aseguro que no es una cualquiera por a quién ha ganado (Marc Márquez) y cómo lo ha hecho (en la mismísima línea de meta). Sin embargo, creo que este espacio hoy debe ser para Jorge Prado. Su nombre resulta menos familiar que los anteriores, es evidente que su deporte es claramente marginal frente a las carreras de MotoGP, ese magnífico espectáculo del certamen velocístico. Sin embargo, nada de ello es suficiente para dejar de valorar en su justa medida el éxito de este gallego, convertido en bicampeón mundial de motocross en la categoría de MX2 tras su título del pasado año.
La historia de Prado es la de la búsqueda de un sueño, la persecución de un desafío por mayúsculo que resulte. Precisamente lo que, en mi opinión, sintetiza el deporte: superación, esfuerzo, sacrificio, incluso una pizca de quimera... Siendo un niño, su familia decidió emigrar intentando que ese talento no quedara desaprovechado. Se dice fácil y rápido pero no lo es. Expatriados, asumiendo riesgos e incertidumbres, todo pendiente de una ilusión. No se equivocaban, por fortuna. Este chaval es oro puro, su calidad es tanta que ponerle límites se antoja un atrevimiento. Con 18 años le queda tanto por aprender, tanto por mejorar y por conseguir que parece llamado a hacer historia en el motocross. Ahora le esperan los mayores, las estrellas de la clase reina de MXGP. Que no se relajen...