El Real Madrid defendió mejor con diez que con once
Diferencia. A pesar de que las dos mejores intervenciones de Courtois, que acabaron siendo decisivas en el resultado final, sucedieron después de la expulsión de Modric, el Madrid consiguió mantener más estabilidad defensiva y ofrecer más sensación de seguridad con diez futbolistas que con la totalidad de su once inicial. Esta curiosidad tiene una explicación a nivel táctico.
Con once. Con el Madrid ya por delante en el marcador, el conjunto de Zidane optó por posicionarse en un bloque medio o bloque medio-bajo en la fase sin balón. Por el contrario, el Celta proponía un rombo en su centro del campo con sus exteriores, tanto Denis Suárez como Brais, cerrados, muy cerca de Lobotka e intentando progresar en el juego por los pasillos interiores. Los laterales del Madrid, sobre todo un Odriozola que sufrió mucho, hacían persecuciones individuales a sus respectivos pares hasta zonas donde no debían llegar, ya que el espacio que se producía entre ellos y los centrales era una autopista para los de Vigo, que provocaba continuos desajustes y un gran esfuerzo extra de los extremos, que tenían que recorrer muchos metros en el repliegue.
Con diez. Zidane propuso un 1-4-4-1 con líneas muy juntas, cerca de su área, priorizando tapar pasillos interiores y sin apenas saltar al poseedor para robar la pelota. De esta manera al Celta le costó un mundo progresar en el juego y sólo encontró soluciones con centros laterales o con alguna transición tras robo. También es de recibo destacar la labor individual de Casemiro en tareas defensivas. Parece que el brasileño ha vuelto al nivel que le llevó a convertirse en imprescindible en el Madrid de las tres Champions seguidas y que tanto de menos echó el equipo la temporada pasada. Tiene una excelente lectura de los espacios en los que debe llegar su ayuda, también grandes facultades para el robo y la anticipación, y aporta mucha agresividad al colectivo.