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Atlético 7, Madrid 3. Un trueno planetario

Un 7-3 del Atlético al Madrid sí que es histórico. Permite acudir con propiedad a ese término, que los periodistas deportivos desgastamos con frecuencia en ocasiones menores. De primer golpe, me vienen a la memoria un 5-0 en el 47, cuando el Madrid estrenó numeración, novedad en España que entonces se ridiculizó, y un 3-6 en Chamartín en el 50, con Ben Barek bailando tras uno de los goles. Ambos antes de que yo naciera, que ya es mirar muy atrás. Este ha sucedido junto a la capital fáctica del planeta, y en el seno de una competición pretenciosa en la que participan muchos de los principales clubes del mundo.

Un trueno universal, pues, producido por la conjunción de un Atlético bien armado y motivadísimo y un Madrid sin estructura de contención en la media, y primero desganado y pronto sorprendido. Simeone sacó un equipo bonito, con Saúl y Koke en la sala de máquinas, Joao Félix y Lemar por fuera y Diego Costa y Morata arriba. Quienes llevan tiempo soñando con que el Cholo cambie su modelo siderúrgico por otro más artístico (jugadores va teniendo para ello) se habrán ilusionado de verdad con lo de ayer, que a él mismo le puede animar a decidirse por ese nuevo camino. Pensemos que llegó ir ganando 0-6 en el 51’. Tremendo.

En cuanto a Zidane, se pasó por el otro lado. Con Modric y Kroos en el doble pivote y Vinicius, Isco y Hazard detrás de Jovic, ese equipo no podía parar ni los taxis. Algo parecido hizo ante el Bayern. Claro que le faltaba Casemiro, pero a Llorente lo ha echado él. Ya el otro día, tras lo del Bayern, alguien me comentó su sospecha de que estaba montando el equipo de manera que se hiciera más patente la conveniencia de Pogba, para cortar y fortalecer. Bueno, pues si es eso, se ha pasado. Florentino arrastra los pies con Pogba y no le hará feliz verse puesto en este compromiso ante todo el planeta fútbol. Este roto es de los que dejan muy malas secuelas.