La ley Beckham pero al revés
¿Recuerdan la Ley Beckham? Seguro que sí. Fue una disposición del Gobierno para atraer talento a nuestro país. Trabajadores de altos ingresos y cualificación sólo tenían que tributar, en sus cinco primeros años en España, el 24,75 % de sus ingresos. De aquello se favoreció el fútbol, y aunque no estaba pensado para él, se conoció como Ley Beckham, porque al poco se produjo su llegada. Eso dio una ventaja competitiva a nuestros clubes que ya se esfumó. La Ley Beckham dejó de operar para deportistas profesionales, aunque sigue siendo válida para el gran talento en otros terrenos.
Pero a eso se añade ahora otro problema. De golpe, en Italia los futbolistas sólo van a cotizar por la mitad de sus ingresos. Quiere decirse, en román paladino, que un jugador que en España gane 6 millones limpios, le costará a su club 12, mientras que en Italia uno que cobre lo mismo costará a su club menos de 8. En Francia, por su parte, un 30% del ingreso está exento, así que un jugador en el mismo caso costaría a su club menos de nueve. En Inglaterra no hay tanta ventaja en cuanto a salario, pero sí grandísima respecto a los ingresos por publicidad en el exterior, que en su día fueron la causa aquí de los apuros de Cristiano.
A eso se añaden los cambios de criterio que marcó Montoro en su día, dando lugar a una fuerte sensación de inseguridad jurídica en el sector, más la decisión de que el pago a los agentes sea considerado salario (en nuestro entorno se le da el tratamiento de las Agencias de la Propiedad Inmobiliaria, más beneficioso). Todo conforma una pelota que debilitará a nuestra Liga, que supone, como recordaba ayer Tebas en Expansión, el 1,37 del PIB aporta a Hacienda 4.100 millones al año y emplea a 185.000 personas. Con tantas dificultades esas magnitudes caerán. Y si se van los jugadores (o no vienen) con ellos se van sus impuestos.