Griezmann hace cola tras De Jong
Vuelve a haber, como el año pasado, intriga sobre Griezmann, sólo que ahora menos. Entonces el Atleti temía su salida y el Barça ansiaba su llegada. Ahora, ni lo uno ni lo otro. El Atleti lo da por amortizado y el Barça piensa más y discute más sobre Neymar. Griezmann decidió el año pasado quedarse en el Atleti, tanto por el descomunal esfuerzo que hizo por él, ante la perspectiva de esa final en el Metropolitano, como porque se lo puso fácil: cláusula de 200 millones hasta la fecha del 1 de julio de 2019, o sea, ayer. Desde ayer, 120, una cantidad que varios clubes podrán pagar. Miguel Ángel Gil ya lo dijo en los toros, le ve en el Barça, vestido de blaugrana con cuadrícula.
Por lo que palpo, en el Atleti no se le va a echar de menos. Pasó, dejó sus goles, pero nunca dio sensación de ser de la partida. Jugó bien, a veces muy bien, pero siempre con un ojo fuera y sin la menor intención de disimularlo. Su comunicación final el año pasado fue, por decirlo cariñosamente, absurda. Eso lo hubiera compensado, por supuesto, llevando al Atleti a levantar la orejona en su campo. Para eso le pagaron aquella barbaridad. No lo consiguió y mis amigos atléticos se encogen ya de hombros y piensan que buen viento le lleve. No le van a querer tanto más de lo que él les quiso a ellos. Ahora, a rey muerto rey puesto, la ilusión es Joao Félix, que asoma como nueva gran perla europea.
¿Y el Barça? El Barça va a presentar el viernes a De Jong , que tiene gran cartel tras su estupenda Champions , en la que contribuyó a eliminar al Madrid. Griezmann no corre prisa. La nube Neymar lo cubre todo. La oportunidad de su regreso absorbe los debates y convierte lo de Griezmann en una cuestión menor, eso sin contar que muchos se sintieron ofendidos con el, de nuevo soy cariñoso, vídeo del verano pasado. Hace poco, el 11 de junio, Francia jugó en Andorra y Griezmann, de natural tan renuente a hablar con periodistas como casi todos sus colegas, se abrió a la prensa de Barcelona, agradeciéndoles su presencia. Con eso corroboró la idea de que él tiene más prisa que el Barça.