Primera victoria de las chicas en el Mundial
El primer partido de un Mundial es difícil. Se juega en la cabeza durante mucho, desde el mismo día del sorteo. Se le dan muchas vueltas, se viaja con él en el pensamiento, los demás quedan lejos. Esos nervios se atragantan a veces y eso le ocurrió a España en la primera parte ante Sudáfrica. No se soltó, no jugó bien y encajó un gol en un tiro por alto, el talón de Aquiles para la gran mayoría de las guardametas del fútbol femenino, a las que el larguero, concebido para estatura masculina, les queda alto. Sandra Paños llegó a rozar el balón en correcto salto a mano cambiada, pero no pudo palmearlo con la fuerza precisa para evitar el gol.
El 0-1 al descanso era una pésima noticia, pero Vilda rectificó bien el equipo y las chicas soltaron los nervios en el vestuario. También suele ocurrir: cuando nada puede ir peor, ¿a qué vas a tener miedo? España regresó al partido como dueña absoluta del campo y del balón. Fue impresionante. Un fútbol bien hecho, pausado, eligiendo la opción buena, ante el que las sudafricanas recularon. Fútbol consciente, sin apresurar, pero al tiempo agresivo, concebido para llegar al área. De ahí que con toda justicia diera la vuelta al marcador, hasta un 3-1, primera victoria de nuestras chicas en un Mundial. Un gran comienzo.
Dos fueron de penalti, el segundo vía VAR, que castigó una sobrada absurda de la defensora sudafricana. Jennifer Hermoso los transformó con serenidad, el primero con un golpeo plano, el segundo cruzado, dejando ambas veces la impresión de flema de jugadora grande. El tercero lo hizo Lucía, y España puede exhibir además un tiro al larguero y otro gol que anuló la asistente, aparte de un montón de llegadas de peligro. Lo que queda en el grupo es más difícil, Alemania y China (el partido entre ellos lo ganaron las alemanas 1-0), pero ya se han soltado los nervios y el equipo ha cogido aplomo y seguridad. Un gran comienzo.