El fin de LaLiga es un alivio para Zidane
Llegó el final en Cornellà y una masa ingente de hinchas pericos saltó al campo, en una coreografía de júbilo como no se ha visto en toda la temporada. Parecería un logro menor, séptimos, pero para el Espanyol era salir de un túnel aburrido. Ya hace algunos años que el anterior presidente, Sánchez Llibre, me explicó que les pasaba cada año lo peor: no aspirar a Europa, no temer la Segunda. Vivir para nada, jugar por nada. De ahí ese estallido de ilusión por agarrar el último tren para Europa, que obligará a tres incómodas eliminatorias en verano, pero que abre una nueva ilusión. Y con una figura al frente, Wu Lei, feliz sorpresa de la temporada.
Ese mismo tren se les escapó a la Real, su adversario ayer, y al Athletic, que lo tuvo cerca. Ya en el descuento, estrelló en el larguero el balón del empate que hubiera cambiado las cosas y de inmediato el Sevilla hizo el 2-0. La pena de los athleticos explicaba la alegría de los pericos. En cuanto a la Champions, se resolvió como se esperaba, con el Valencia cuarto, ganador en Valladolid, donde recogió el premio a su estupenda segunda vuelta. El Getafe se queda con la Europa League, más la consideración debida al equipo que más se ha elevado por encima de su estatura. En la relación puesto en la tabla-coste de plantilla, es campeonísimo.
Hoy bajan el telón el Madrid y el Barça sin nada en juego. El Barça es campeón de largo, pero el chasco de Liverpool le ha impedido disfrutarlo, tal importancia ha adquirido entre nosotros la Champions. En cuanto al Madrid, cierra al fin una temporada triste, en la que el último estropicio ha sido el desgaste de Zidane. Se fue como vestal gloriosa e inaccesible y ahora se expresa en las conferencias de prensa con progresivo mal humor. No ha mejorado a Lopetegui ni a Solari, ha desdeñado los méritos de Reguilón, Llorente y hasta Vinicius ha dejado aquello de la ‘Felizidane’ en palabra gastada. A él, más que a nadie, le conviene que caiga el telón.