La extraña ausencia de Cabral

En una semana Gustavo Cabral ha pasado de ser el mejor jugador del partido contra el Barcelona a quedarse en casa. Sorprendentemente, Escribá ha prescindido de un futbolista al que le había devuelto los galones. ¿Se imaginan al Real Madrid yendo a jugar una final sin Sergio Ramos por decisión técnica o al Barça de hace unos años sin Puyol? La ausencia del argentino resulta difícil de explicar a nivel futbolístico, pero aún más por su peso dentro de la plantilla. “Es un líder, tira para arriba de los compañeros”, apuntó Olaza esta semana en AS. El varapalo que ayer se llevó el central se ofrece a una segunda lectura: acaba contrato en junio. Habría sido mejor para todos que Escribá hubiese aclarado el motivo de su decisión. Sin embargo el técnico, impecable en su trato con la prensa, tiene como única manía dar la lista después de comparecer ante los medios. Una estrategia heredada de Cardoso, que no dejó nada bueno, con la que lo único que se consigue es alimentar las especulaciones.

Sin el carácter de Cabral, alguno de sus compañeros deberá dar un paso adelante para plantar cara al indomable Raúl García. El navarro le tiene tomada la medida al Celta. Temible por su poderío aéreo, también marca las diferencias por la presión que mete a los árbitros. Escribá ya ha alertado que San Mamés exige personalidad a todos, incluyendo a los encargados de repartir justicia. Si los celestes quieren garantizar la permanencia deben salir a morder desde el inicio. Por ellos y por los 600 incondicionales que en el mismo día van a acumular 1.400 kilómetros en autobús.