Luis Suárez y Messi bajaron el telón
El Atlético estiró LaLiga hasta donde pudo, pero estaba escrito en las estrellas que el Barça iba otra vez para campeón. Por Messi y por algunos más, pero sobre todo por Messi, que ayer de nuevo fue mejor de los suyos, agitando a un equipo que no termina de funcionar, pero que tiene en el genio argentino una continua fuente de peligro. Arriba le espera y le acompaña Luis Suárez, gran amigo personal, su socio predilecto en el campo junto con Jordi Alba, y rematador ambicioso. Él fue quien marcó el primer gol de la noche, con un tiro imposible para al prodigioso Oblak. Al minuto y medio, Messi marcó a su vez. Entre ambos bajaron el telón.
No lo puso fácil el Atlético, no, y eso que se quedó con diez relativamente pronto. Salió jugando muy bien (un amigo atlético me llamó y me dijo: “Ay si en Turín hubiéramos jugado así...”), mandando y asomándose al área del Barça con buenas combinaciones y llegando a situaciones de remate. Pero en esas estábamos cuando Diego Costa se encaró al árbitro, le dijo algo inadmisible y se tuvo que ir a la calle. Quizá sea hora de decir que su vuelta no ha traído ningún bien al Atlético. Ha regresado con menos juego, menos goles, más lesiones y peores modos, si cabe. El jamón viene con hueso, dijo Lopetegui. Pero ahora hay más hueso que jamón.
Once a once es difícil ganarle al Barça en el Camp Nou. Diez a once, más difícil aún. El Atlético se ordenó bien y jugó sus cartas, entre las que Oblak es de las principales. Hubo hasta un momento en que se pudo adelantar, en un centro al área que Rodrigo cabeceó alto, con Giménez detrás en posición ganadora. Pero lo que tenía que pasar pasó porque, como decían los cronistas de mi niñez, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Primero Suárez, luego Messi (me dejó dudas la posición en su arranque) vencieron por fin a Oblak. Once puntos a siete jornadas del final y Messi ahí. Más los otros. LaLiga ya tiene campeón, el Barça. Otra vez.