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Recuperación lenta... pero segura para Carolina Marín

El bádminton es un deporte dinámico, explosivo, con aceleraciones y frenadas bruscas, que ponen a prueba las articulaciones de carga. De movimiento constante, en el que la flexibilidad y movilidad articular juegan un papel fundamental. No es un deporte de contacto pero sí de enorme agilidad, que pone a prueba la biomecánica de las articulaciones del tren inferior. La combinación de agilidad y fuerza son fundamentales en este deporte. Por ese motivo, cuando hay una lesión grave de la rodilla, con la rotura del ligamento cruzado anterior, se debe realizar un tratamiento de rehabilitación intensivo, no sólo de la rodilla afectada, sino de todo el tren inferior, pasando por diferentes fases, desde la postquirúrgica hasta la fase final de readaptación a la dinámica de juego.

Y todas estas fases tienen un tiempo en su evolución que hay que respetar si queremos conseguir un buen resultado final. Por ahora, debe cuidar la herida quirúrgica y ganar amplitud articular y recuperando el tono muscular. El tiempo de recuperación total de una ligamentoplastia del cruzado anterior viene a oscilar entre los ocho y los nueve meses. Hay ocasiones en los que a los siete meses se está compitiendo, pero con mayor riesgo de volverse a lesionar.

En el caso de Carolina, se está escribiendo que a ver si llega al Mundial. Y en mi opinión hay que desechar esa idea, ya que como norma, un deportista que se rompe el ligamento cruzado no vuelve al mismo nivel que tenía antes de la lesión hasta un año como mínimo. Porque una cosa es volver a competir y otra, muy diferente, volver al mismo nivel de antes de la lesión. Y Carolina, por su trayectoria, cuando vuelva a competir, es para ganar, no para participar. No hay que olvidar que no todos los operados del ligamento cruzado vuelven a jugar al mismo nivel. Así pues, paciencia, que lo importante es que vuelva a su nivel, no cuándo.