Isco, este no es el camino…
Si leemos la literalidad del tuit puesto por Isco en la tarde de este jueves (para responder a De la Red), los que echamos de menos el fútbol de seda y mágico del malagueño aplaudiríamos la última parte, esa que dice así: "… Aún así sigo trabajando y luchando mucho a la espera de ellas! Hala Madrid!". Hasta ahí todo ok, que diría algún árbitro de VAR de cuyo nombre prefiero no acordarme. Pero si me pongo a leer la parte precedente ("…pero cuando no gozas de las mismas oportunidades que tus compañeros la cosa cambia…"), es evidente que Isco está lanzando una puyita indisimulada a su entrenador. Puedo entender su frustración, dado que si un crack como él estuviese feliz sin jugar sería muy mala señal. Isco no entiende que se haya convertido en carne permanente de banquillo. De hecho, en el Camp Nou ni siquiera salto a calentar. Solari le tiene puesta la cruz, es evidente.
Pero a partir de ahí creo que el internacional español debería replantearse su estrategia emocional. La manera de revertir una situación de ostracismo tan llamativa es apretar los dientes, no decir nada en público que suene a reproche a su ‘jefe’ y mostrar en todo momento un compromiso y un entusiasmo que aventure tiempos mejores. Me gustaría ver al malagueño celebrar los goles del equipo pegando botes desde el banquillo, que se le vea dando ánimos a los jóvenes antes de los partidos, que se quede tras los triunfos saludando a la grada hasta el final, que en las declaraciones de Prensa diga que el equipo está por encima de los egos y que confía en poder algún día jugar más... Pero con buena cara, sin provocar seísmos mediáticos a través de las redes sociales que pueden terminar por afectar al grupo ahora que vienen curvas con el derbi, el Ajax y los dos Clásicos del 27 de febrero y el 2 de marzo. Isco, eres buenísimo y lo sabes. Pero esta camiseta y este escudo necesitan de tu compromiso sin fisuras. Magia, suma por favor. La temporada es larga y sólo tú puedes provocar un cambio climático que deseamos todos los que amamos tu fútbol de porcelana fina. Pero déjate ayudar. Este no es el camino…
