Nadal y el reto del día a día

Rafa Nadal (32 años) iniciará en el Abierto de Australia su decimoctava temporada como profesional, aunque su primer título llegara en la tercera (Sopot 2004). Será la de la retirada de Andy Murray (31), destrozado físicamente por la exigencia de un deporte que extiende su campaña durante once meses. Y será también la vigesimoprimera para Roger Federer (37), quien milagrosamente parece ser el único que puede decidir cuándo quiere dejarlo, y no cuándo las lesiones le obligarán a hacerlo. Porque la vida de Nadal, conquistador de 17 torneos del Grand Slam, se ha convertido últimamente en una batalla por el día a día. Sin pensar mucho más allá. En tierra volvió a ser casi infalible en 2018 y saboreó el triunfo en Roland Garros, Montecarlo, Roma y el Godó. Sólo Thiem fue capaz de derrotarle en Madrid.

Pero en rápida se suceden los problemas. Desde que ganó en Nueva York en septiembre de 2017, suma cuatro retiradas (París y Masters 2017 y Australia y US Open 2018) y nueve renuncias (dos en Brisbane, Acapulco, Indian Wells, Miami, Pekín, Shanghái y otra vez París y el Masters). Eso sí, en los tres torneos que logró acabar en dura, de dos se vino con el título y en otro disputó la final. Cuando la salud le respeta es candidato a todo. Se vio en la pasada semifinal de Wimbledon, donde cayó con el revivido Djokovic a cinco sets y con 10-8 en el último. Pero acabó la campaña jugando sólo nueve torneos, la cifra más baja de su carrera. Para intentar ser más letal y ahorrar esfuerzos, en Melbourne estrenará saque. Otra reinvención arriesgada pero necesaria. Ojalá su cuerpo le deje decidir cuándo quiere decir adiós.