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Bale entra en el trío de la leyenda...

Bale, con esta nueva lesión sufrida ante el Villarreal, entra definitivamente en el trío de la leyenda negra de los lesionados históricos que ha tenido el Madrid (Prosinecki, Woodgate y Robben). Su nueva dolencia en el sóleo confirma lo que hemos manifestado a menudo: Bale es un jugador de cristal. Y un jugador de élite, con esta carga en su mochila, NUNCA puede ser el líder de un equipo por muy bueno que sea a nivel técnico e individual. Si a eso le unimos que el delantero galés es un jugador solitario y al que le cuesta interaccionar con los propios compañeros de vestuario, tendremos el cóctel perfecto para definir al jugador que vuelve a estar en el ojo del huracán. Usando el símil taurino hablando de Curro Romero, un gran torero puro, "había que ser de su cuadrilla para verle torear".

Ante el CSKA, hace un mes, vimos a Bale jugar renqueante con su tobillo dañado, quedándose media hora en el campo dándole vueltas sin poder ayudar de verdad a sus compañeros. En el Mundialito pareció recuperado y explosivo. Creíamos que quizás iba a entrar por fin en una racha positiva en la que sólo se hablase de su fútbol y no de su historial médico. Pero llegó en el Madrigal una nueva lesión del sóleo. Otra vez. El pronóstico en cuanto al tiempo es de dos semanas si la dolencia es en la parte superficial del músculo, pero se alargará hasta cuatro semanas si afecta a la parte profunda del sóleo. Pero tratándose de Bale, el pronóstico en cuanto a tiempo es siempre incierto. Bale pertenece al número escaso de jugadores para los que la medicina actual no tiene respuesta. Pronosticar con él es muy arriesgado.