Discutiendo los criterios del VAR

Mal que bien, casi todo el fútbol español va admitiendo el VAR como una mejora. Ahora el árbitro tiene un salvavidas, y si hay error se le avisa para que pueda modificar su criterio tras ver la jugada en una pantalla. La duda nace en qué es lo que hay que revisar. Esta jornada ha habido varias manos que han dado lugar a quejas en ese sentido. ¿Por qué la mía sí y la del otro, no? ¿Por qué esta se revisa y no la otra? Y lo mismo con los penaltis. Hay quien vuelve a tener la sensación de ser injustamente tratado, por ser equipo menor, y ahora no se trata de alguien que decide en milésimas de segundo, sino de un sistema sofisticado.

Para mí, el mayor problema es que se está entrando en demasiadas cosas. El sistema está concebido (y así nos lo explicó Velasco Carballo a los periodistas perfectamente) para ‘mínima interrupción con máximo beneficio’. Se trataba, y así fue en el Mundial, de evitar errores flagrantes del árbitro, de avisarle de ese tipo de jugadas sin discusión posible que él ha podido no ver, por su posición en el campo o por lo que sea. Pero si se va entrando en el menudeo, y pasa mucho, cada cual tiene derecho a reclamar que se entre también en su menudeo. Por ejemplo: ¿hacía falta revisar ayer el penalti de Bacca? El VAR no se pensó para esas decisiones.

Al tiempo que se entra en menudeo innecesario en jugadas de área, hay mucha permisividad con entradas tremendas. Hay cierto cuidado con los codazos, sí, pero menos con entradas tremendas, lesivas, que se ven con detalle siniestro en las repeticiones y quedan sin expulsión. Unas cosas con otras, empieza a haber un run-rún de que los criterios tienen que estar más claros. Es cierto que lo dicen a veces equipos a los que se ofreció reunión informativa y no acudieron. Pero me inquieta que se desacredite el sistema por roce de criterios entre el papel del de arriba y del de abajo. Urge que Velasco Carballo haga por resolver esas dudas.