Un Madrid indigno

El Madrid dio el cante en una derrota indigna contra el CSKA. Lo que le sirvió a Solari ante el Melilla no le valió para nada en la Champions. El técnico argentino deformó la alineación, esmerándose en dar cobijo a los menos habituales, pero la segunda unidad desparramó. Las candidaturas a cuarto central de Javi Sánchez y Vallejo, que no se parece en nada a lo que prometía por las lesiones y falta de carácter, quedaron dinamitadas, Marcelo volvió como se fue e Isco y Asensio siguen languideciendo. Hasta Marcos Llorente, la única novedad positiva de la última secuencia de partidos del Madrid, se vio afectado al intentar extender sus funciones al apartado creativo. 

El Madrid empezó con alegría, bien hilvanado con Vinicius y Asensio a pierna cambiada y naturalizando el juego interior. Poco aguantó su envite ofensivo y permitió crecerse al CSKA. Careció de toda tensión competitiva. Un dato aduce a la dispersión general. El Madrid recuperó 46 balones, 15 menos de su media, la segunda peor cifra de la temporada sólo por delante del descalabro mayor de Sevilla (41 aquel día). Isco, Vinicius y Asensio, intensos con balón independientemente de su acierto, descuidaron esta labor (sólo seis robos entre los tres) y el CSKA tuvo siempre una escapatoria. A este Madrid ya no le quedan escondites.

Asensio no hizo amago de cerrar la carrera de Oblyakov por dentro en la acción del 0-1. Se apartó, dejó a Llorente solo y no replegó después. Estaba posicionado para la cobertura, pero renunció a prestar ayuda.

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