Ni Cristiano ni Messi estuvieron en París

La gala del Balón de Oro premió en Modric al jugador de equipo, al infatigable manejador del medio campo, que va y viene, construye, se muestra y apoya. No es una figura próxima al gol (como los anteriores ganadores o Griezmann, que fue mi primera opción), sino un ‘meneur de jeu’, como dicen los franceses, Un constructor. Algo así era Xavi, que un día explicó a As que él no ganaba Balones de Oro, los fabricaba. Hablaba, sin inmodestia, de su conciencia de haber contribuido seriamente a los logros de compañeros suyos, como Rivaldo, Figo, Ronaldinho o Messi, que los ganaron por sus méritos, pero también con el suministro de Xavi.

En Modric, el Balón de Oro premia a ese tipo de jugador. Él ha tenido el reconocimiento que no tuvieron ni Xavi ni Iniesta (ni Sneijder, menos constante) y de lo primero que hizo fue acordarse de ellos. Muy bien. Como me pareció mal que faltaran a su consagración Cristiano y Messi, dos multipremiados, que a lo que se ve no consideran que ese premio merezca su presencia si no se lo dan a ellos. Han ganado cinco cada uno, siempre gracias al buen flujo de juego que les llegó desde atrás, de un Xavi, un Modric, un lo que fuera. Cuando lo ganaron se lo dedicaron ‘a mis compañeros’, pero bien que se ve que lo decían con la boca pequeña.

Resultó feo no ver ahí a ninguno de los dos. Más feo aún que desde el entorno de Cristiano salieran en este caso, como en el ‘The Best’, críticas explícitas o desdenes muy visibles al premio. Ha quedado peor que Messi, pero no sé si tanto. Más primario, ha expresado su despecho de forma muy visible. Messi se ha limitado a pasar, no sé si es peor. Por supuesto, Modric no tiene la excelencia de Messi en su juego (aunque sí un estilo brillante y preciso) ni la voracidad goleadora de Cristiano, pero viene a ser el hilo que une las perlas. Dos gloriosas figuras como ellos hubieran quedado bien reconociendo ese tipo de jugador que tanto les ayudó.