Arturo Vidal es un marciano en el Barça
El parón ha servido para que hiciera crisis el caso de Arturo Vidal, al que empezamos a ver como un marciano en el Barcelona. Su aspecto feroz y extravagante contrasta en un grupo en el que hasta hace poco Xavi e Iniesta proponían el canon. Y su manejo de las redes sociales tampoco es un ejemplo de prudencia. Pep Segura, jefe de fútbol del club, el mismo hombre que le fichó, por cierto, ha salido a criticarle en público, acusándole de faltar al respeto a sus compañeros. Se supone que hay una reunión fijada al término del parón. Mientras, cada vez más gente se pregunta para qué vino Arturo Vidal al Barça y qué pinta en él.
Vidal vino para cubrir la salida de Paulinho. Hace un año, con Iniesta decayendo y Busquets abrumado con frecuencia por el exceso de trabajo, Valverde pidió fuerza para el medio campo. Vino Paulinho, cuya llegada escandalizó bastante, por lo que tenía de ruptura con el modelo previo, el toque suave e insistente. Pero jugó muy bien, corrió de área a área, marcó goles, no dio un ruido y a su regreso a China (un poco misterioso, hay que decirlo) dejó una fuerte añoranza. Tratando de cubrir ese espacio, el club reparó en Arturo Vidal, un titán del medio campo, con buena carrera en la Juve y el Bayern. Y además barato.
Ahí estaba el truco. Diecinueve millones en el fútbol de hoy es muy poco y ya saben aquello de que ‘a caballo regalado no le mires el dentado’. La edad de los equinos se ve en los dientes, la de los futbolistas en las rodillas. Arturo Vidal está cascadillo y además su conducta fuera del campo nunca fue ejemplar. En lugar de energía para el medio campo, lo que ahora tiene Valverde es un suplente díscolo. Nadie regala duros a cuatro pesetas. Encima, da la casualidad de que estos días ha pasado por Barcelona Paulinho, lo que ha hecho recordar más todavía el buen aroma que dejó. Dicho todo lo cual, me parece que Segura ha echado gasolina al incendio.