La recién estrenada Liga de Naciones ocupa muchas de las ‘fechas FIFA’ que antes se destinaban a amistosos, pero no todas. El partido de hoy, en Gales, es amistoso, y viene a ser como un entremés del España-Inglaterra del lunes en Sevilla. Una especie de experimento con gaseosa, porque Gales tiene tres millones de habitantes, e Inglaterra, veinte veces más. De cuando en cuando, Gales ha dado un buen futbolista, pero muy de cuando en cuando. El último es Bale, que está allí de balneario, a ver si se recupera y puede jugar el martes próximo contra Irlanda. El anterior fue Giggs, hoy seleccionador. Antes Hughes y Rush, antes John Charles...

Por una pequeña casualidad, Gales tiene una cierta presencia en la historia de nuestro fútbol, porque ante esta selección debutó Butragueño en Sevilla y pocos meses después se despidió Arconada, tras una derrota 3-0 en Wresham de culpas muy compartidas. Eso era camino de México-86, donde finalmente estuvimos. Mucho tiempo atrás, España ya había eliminado a Gales camino de Brasil-62. El de ahora es el sexto partido (por medio hay un amistoso en Mestalla, antes del Mundial del Naranjito) que sirve para ir afianzando a Luis Enrique en su nueva tarea, en la que ha empezado bien y esperamos que siga mejor.

Difícil saber qué equipo sacará Luis Enrique. Quizá aproveche el día para fortalecer automatismos entre el grupo de los principales, o quizá prefiera en este primer amistoso dar aire y felicidad a los que completan la excursión. Personalmente prefiero lo primero. Me parece más productivo crear un grupo firme, que no son once, sino dieciséis o por ahí, y sobre eso acudir al resto para los repuestos necesarios. Esto dicho, sí me gustaría ver ahí a Kepa, quizá porque todavía no me he curado del todo de lo de De Gea en el Mundial. Quien no estará será Bale. Media Gales juega en la Championship, la segunda inglesa. Es lo que hay.