El salto más difícil de Enric Mas
Mikel Zarrabeitia acababa de cumplir 24 años cuando terminó segundo en la Vuelta a España de 1994. No volvió a subirse al podio. Igor González de Galdeano e Isidro Nozal tenían 25 cuando ocuparon esa misma posición en 1999 y 2003, igual que Unai Osa cuando fue tercero en el Giro de Italia de 2001. Todos ellos cubrieron dignas carreras profesionales, pero no repitieron en el cajón de una grande. No pretendo ser aguafiestas con estos datos, pero conviene enfriar la euforia en torno a Enric Mas. El balear se ha marcado una actuación prodigiosa en la Vuelta, con un brillante triunfo en la etapa reina. Tiene motivos para ser ambicioso en el futuro. Y los aficionados de este deporte, todo el derecho a ilusionarse. La reciente retirada de Alberto Contador provocó un vacío que queremos llenar cuanto antes.
Enric Mas ya era prometedor en categorías menores, tuvo destellos el año pasado en su debut en la Vuelta, ha explotado a una edad en la que otros dan sus primeras pedaladas en la élite... Su buena planta, su frialdad, su sentido táctico, su dotes de escalador y contrarrelojista, incluso su mirada... Todo conduce a pensar que estamos ante el ganador del mañana. Pero un único resultado no hace al campeón. La próxima temporada ya no dispondrá del factor sorpresa, ni podrá colarse entre los mejores sin un equipo alrededor. El Quick Step es el más laureado del año, pero está poco acostumbrado a arropar a un líder en las grandes. El camino de Mas empieza ahora. Puede ser Zarrabeitia, puede equipararse a un campeonísimo como Contador, o puede quedarse en un término medio. El próximo salto será el más complicado.