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Herencia, el mejor queso manchego, el Perlé de Carnaval y el día de Zidane

Mi pueblo. Herencia no es una parada más en mi inagotable mochila viajera de las peñas. Herencia es el pueblo donde nació mi santa madre hace 82 años (Amparo Roncero). Y en este lugar de La Mancha de cuyo nombre siempre quiero acordarme es donde me eché mi primera novia, me tomé mi primera cerveza, mis primeras tapas (en los ya desaparecidos Bar Poveda y Bar Lozano) y jugué mi primer partidillo de fútbol con los colegas del Vandecopas en la callejuela que había junto a la plaza... Aquí aprendí a amar al Real Madrid y eso que mi abuelo Fernando era hincha del Athletic Club. Un pueblo sin dobleces que ahora tiene unas instalaciones deportivas de primera con un campo de fútbol de hierba artificial, tres canchas de tenis, cuatro de pádel, tres de baloncesto y dos pabellones cubiertos para jugar al fútbol sala y al balonmano. Un orgullo.

El Carnaval. El pueblo, que cuenta con 8.758 habitantes censados, tiene fama entre los manchegos por tener el mejor queso de este producto, que en esta tierra se elabora como en ningún otro sitio. Pero Herencia es especial por encima de todo por sus fiestas de Carnaval. Tienen tanta tradición que pueden presumir de ser de los pocos sitios de España donde se celebraba en los tiempos de Franco. Yo doy fe. Recuerdo cuando corríamos los críos tras la figura de Perlé, un villano vestido con pijama y gorro de rayas verticales azules y blancas que hostigaba a la chiquillería con un látigo amenazante que, por supuesto, nunca impactaba en nadie. Si usted entra a Herencia por la carretera de Alcázar de San Juan verá en la entrada una estatua que le han puesto a Perlé hace unos años. Y no se vayan sin visitar nuestros molinos de viento. Quedan siete: Dulcinea, La Sobrina, El Ama, Maritornes, La Dueña Dolorida, La Duquesa y Teresa Panza.

La peña. La actual peña madridista está cerca de cumplir sus Bodas de Plata (será en 2019). Su gran momento histórico nos lo recuerda su presidente Gregorio Ramírez. "Su visita al pueblo, cuando cumplimos nuestro 12 aniversario, quedará como el gran día de Zidane en Herencia". Hasta allí le llevó Cecilio Alcañiz, un paisano del pueblo que en Valdebebas entrenó a su hijo Enzo cuando jugaba en el Alevín blanco. La ilustre visita aconteció el 17 de noviembre de 2007. Siete meses después, el Madrid de Schuster alzaba el título de Liga dejando al Barça... ¡a 18 puntos! Que el Madrid de Julen tome nota. ¡Gracias Herencia!