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Otra espantada en la Selección

Algunos jugadores de la NBA, aquellos que no disputaron el playoff, llevan de vacaciones desde mediados de abril. Casi cinco meses. Otros aguantaron un poco más y pararon hace cuatro. No sé si se les habrá hecho cortas o qué, porque resulta que ninguno de ellos ha accedido a interrumpirlas para defender a la Selección en la Ventana FIBA del 15 y el 17 de septiembre. Seguro que más de uno sí se apuntará el próximo año al Mundial de China o el siguiente a los Juegos de Tokio. La fase de clasificación se la dejan a otros. Hasta ahora sólo ha participado Juancho Hernangómez, a finales de junio, aunque en esta ocasión no ha tenido el mismo detalle. Luego están los jugadores de la Euroliga, en plena pretemporada, que han acumulado entre dos y tres meses sin competir en un partido oficial. Tampoco está nada mal.

Los equipos españoles de la Euroliga sólo han cedido un jugador. En el caso del Real Madrid ha tenido la dudosa generosidad de liberar a Yusta. En esos mismos días andarán con partidos de pretemporada. Detrás de esta actitud asoma el conflicto FIBA-Euroliga. Las Ventanas se colocaron en medio de un calendario ya diseñado, que la liga europea no tuvo a bien modificar. Ninguno de sus jugadores intervino en las dos primeras. Y a la tercera, que ya no interrumpía nada, acudió la segunda fila. Tampoco la próxima colisiona con ninguna competición, pero la actitud es similar. Los teléfonos de la FEB echaron humo hasta la noche del domingo para confeccionar la lista. El disparate continúa. ¿De verdad creen en la FIBA o en la Euroliga que en esta guerra habrá un ganador? Aquí sólo hay un perdedor: el baloncesto.