En los últimos meses, la Federación Española de Baloncesto ha ido buscando cariño, porque se vio entre la espada y la pared. Con la espada amenazaba la Euroliga, que se niega a ceder a sus jugadores a las selecciones nacionales. La pared era la federación madre, la FIBA, que había dejado a sus hijos a los pies de los caballos, con unas Ventanas metidas con calzador en pleno calendario de clubes. En la primera Ventana, a finales de noviembre, Jorge Garbajosa vivió una tremenda angustia, porque no era una tesis descabellada que la Selección, el producto estrella de la FEB, perdiera los dos primeros partidos y se viera abocada a la eliminación del Mundial y, en consecuencia, de los Juegos Olímpicos. Aquellos partidos se ganaron y ahora respira más tranquilo. Pero el disparate continúa: este viernes tenemos el capítulo II.

En los Desayunos de Europa Press, a pregunta del aquí firmante, José Ramón Lete calificó de “lamentable” la coincidencia del Bielorrusia-España con un Barcelona-Real Madrid. Lete dio su opinión, que pasa por “reformular las Ventanas” y alcanzar “la mejor Selección posible” con los jugadores de la NBA. Estamos de acuerdo. El problema es que, mientras los dirigentes del básquet se siguen disparando en el pie, este calendario existe y está ahí. La Euroliga no tuvo la grandeza de ceder un ápice. Y Garbajosa se vio en el precipicio, con una España C que en nuestro corazón siempre será la A. Nunca se agradecerá suficiente lo que hacen estos internacionales. Ahí es donde me da la sensación de que la FEB no ha sentido el cariño del CSD. Y lo necesitaba. De momento, Lete renunciará el lunes a la Gala de la Prensa en Castellón para acompañar al baloncesto en Zaragoza. También es un gesto.