El Barça dobla la apuesta del Madrid
Si el Bernabéu disfrutó el sábado, más disfrutó ayer el Camp Nou, donde se duplicó, a favor y en contra, el resultado de Madrid: del 4-1 al 8-2. Fue una belleza de partido, abierto con un gol del Huesca, ese simpático equipo que viste de cruzado y ha aparecido en Primera con aire de debutante valeroso. Pero pronto el Barça le aplicó la ‘Ley Messi’. El fenómeno hizo prodigios, marcando goles o provocándolos, siempre con ese juego suyo sigiloso, ese aire relajado que de repente se agita, convirtiendo al paseante en una rapidísima máquina de precisión. A su alrededor, los compañeros lo tienen todo muy fácil y los rivales desfallecen.
Este verano llegué a tener la duda de si Messi, ante esa su enémisa decepción con Argentina, ese pinchazo en el último Mundial que le pillaba en edad fetén, se resentiría de tamaña desilusión, al menos durante algunas semanas. Tres partidos han bastado para saber que no es sí. En el Barça es feliz y su fútbol hace feliz al espectador. Toda la angustia que le atenaza cuando juega con Argentina se convierte en desenvoltura, inspiración y liderazgo cuando juega en el Barça. Parecen dos jugadores distintos, dos gemelos de los cuales uno juega bastante bien, pero sólo eso, y el otro es un genio incontenible, capaz de cualquier cosa cada día.
En definitiva, llegamos al parón con ‘Liga dual’. El Atlético ya mira a cinco puntos a los dos de siempre que, dicho sea de paso, han tenido muy buen calendario antes del parón. Este año, tras un Mundial al que ambos aportaron muchos jugadores, era particularmente interesante tener un comienzo de campeonato blando y los dos lo han tenido. Cuestión de suerte. El caso es que ya están escapados. El Barça con un Messi deslumbrante y rendimiento creciente de Coutinho y Dembelé, y el Madrid sin resentirse de la salida de Cristiano, que ha reactivado a Benzema y Bale, ni de la de Zidane, al que Lopetegui ha sustituido con calma y acierto.