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La FIFA presume del VAR con derecho

De repente, un día sin fútbol. Acostumbrados a los tres y hasta cuatro partidos diarios, el vacío de ayer llegó de improviso, como a traición. Un bache para recordarnos que algún día, no lejos, no habrá Mundial, porque ninguna dicha es eterna. La quietud del día la sobresaltó Hierro con su anuncio de que De Gea va a seguir, y la aprovechó Thiago para lanzar una admonición a la prensa. Los futbolistas, casi sin excepción, blasonan de que no leen prensa deportiva, pero se quejan de ella cuando les van las cosas mal, o regular, como es ahora el caso. Por su parte, la FIFA aprovechó para hacer balance del VAR, el gran estreno de este campeonato.

Los responsables se mostraron satisfechos, y yo no sería leal a la verdad si no confesara que me está convenciendo más de lo esperado. Como debe hacerse con toda tecnología, se está utilizando con cuidado. El VAR no está entrometiéndose en los partidos más que lo mínimo, y con provecho. Ha corregido errores que hubieran afeado el campeonato y ha dejado seguir otras jugadas, discutibles, por no interrumpir de forma constante los partidos. Cada cual podrá seguir teniendo motivos de queja (¡ay, Queiroz!) pero el fútbol fluye y las cosas verdaderamente graves no pasan el cedazo. 48 partidos dan para sacar buenas conclusiones.

Hoy vuelve el fútbol, con dos partidos de aúpa por el otro lado del cuadro: Francia-Argentina y Uruguay-Portugal. De ahí saldrá el primer choque de cuartofinalistas. Empieza el nudo de la cuestión. El Mundial está estructurado como la comedia clásica, en tres actos: presentación, nudo y desenlace. La presentación es la fase de grupos, en la que hemos visto a todos recitar su papel, y a varios hacer mutis por el foro para no volver más. El nudo llega ahora, en estas dos eliminatorias. El desenlace, claro, son las semifinales y la final. Esto se pone bravo. Los dos partidos son estupendos y con notable representación de LaLiga. A disfrutar.