Japón pasa por menos tarjetas, pero...

Empatado a todo con Senegal, Japón pasa a octavos por dos tarjetas amarillas menos. Cuatro ha visto en el grupo, por seis de los africanos. Es la primera vez que se decide un grupo así, y no me parece mal. Aunque las tarjetas se muestran con un criterio variable y son muy discutidas, la intención de estimular la corrección por este medio me convence. A veces llegué a pensar en el balance de córners sacados y concedidos para resolver estos casos de empate persistente, porque al fin y al cabo los córners son un indicador de vocación atacante o defensiva. Pero me convence más lo de las tarjetas. Por cierto, por córners hubiera pasado Senegal, 9-8 frente a 13-15.

Lo malo del estreno de la fórmula es que premió a un equipo, Japón, que en el final de su partido contra Polonia no dio muestra de devoción por el ´fair play’. A partir del gol de Yerry Mina a Senegal en el otro partido y consciente de esa ventaja decisiva en las tarjetas, se conformó con la derrota ante Polonia por un gol y prefirió no arriesgar en busca del empate por miedo a encajar un segundo gol. A Polonia ya le iba el rollo, claro, porque al menos se va con un partido ganado. Así que asistimos a un ‘pacto de no agresión’ durante un cuarto de hora final, y ese primer premio a una selección clasificada por ‘fair play’ llegó de la manera menos honorable.

Ya habíamos tenido un tongazo en el Francia-Dinamarca, 0-0, un desdichado apaño. Hace algún tiempo conocí a un matemático chileno que tenía una fórmula de competición que impedía estas cosas. Era un modelo diabólico, pero le puse en contacto con la FIFA, allí lo contó y por ahí lo tendrán. Pero de momento es lo que hay, un modelo que puede propiciar alguna golfadilla así o dar lugar a que dos selecciones clasificadas, como fue el caso de Inglaterra y Bélgica, jueguen con nueve reservas. En todo caso, estamos viendo un buen Mundial y, por cierto, nos ha quedado un cuadro de rechupete. Sólo falta que volvamos a encontrar el juego.