La hegemonía rota del Movistar

El Movistar había conquistado los ocho últimos títulos del Campeonato de España de fondo en carretera. O, si se prefiere, diez de las últimas once ediciones. Entre las victorias de Purito Rodríguez en 2007 y de Jesús Herrada en 2017, sólo se había colado Rubén Plaza, un ciclista de la casa que en aquel 2009 competía con el Liberty portugués. Gorka Izagirre ha roto esa hegemonía este domingo en Benicassim. El nuevo campeón nacional es otro excorredor telefónico, que esta temporada comparte maillot con su hermano Ion en el Bahrain. Los Izagirre conocen bien a su exequipo. No en vano, el propio Ion también logró la corona en 2014 en sus filas. Posiblemente les ayudó para destronar el reinado del Movistar, con sólo tres ciclistas en liza: los hermanos y García Cortina. Eso es bueno para el ciclismo español.

Bastante tenía ya el Campeonato con las habituales bajas de casi todas las estrellas, como para que encima acumulara tantos años con idéntico guion. Siempre la misma estrategia. Alejandro Valverde velaba por sus compañeros, blindaba la carrera, pero si veía peligrar la victoria actuaba en primera persona, lo que le ha permitido obtener dos títulos: 2008 y 2015. Este domingo iba camino de reeditar la jugada, pero Gorka se marchó en el descenso y Valverde tuvo que conformarse con la segunda plaza, que ya ha ocupado en cinco ocasiones. La buena noticia para el Movistar es que esta campaña no tendrá que camuflar los colores rojigualdas en su maillot. Su próxima gran fecha será el 7 de julio en Francia. Allí llegará con el tridente Quintana-Landa-Valverde para reconquistar la gloria en otro de sus clásicos: el Tour.