Estamos en pleno Ramadán, el mes sagrado de todos los musulmanes. El momento en el que las familias se reúnen, en el que se ayuna y se reflexiona sobre el sentido de la vida. Y el momento en el que se perdona a los que te han hecho daño. Karim Benzema, que es francés de origen argelino, practica la religión musulmana y conoce perfectamente sus reglas. Así que me voy a permitir una osadía, salir de mi condición de observador y analista de fútbol y darle un consejo personal a mi compatriota. Y más en estos momentos.

Querido Karim, sé que en los últimos meses has sufrido mucho. Mucho más de lo que piensa la gente. Porque te han pitado en tu casa, el estadio Santiago Bernabéu, porque te han insultado, porque te han dicho que te vayas de aquí, porque te han querido negar incluso el derecho a lucir esta camiseta blanca que tanto amas, porque has tenido que aguantar incluso el odio de algunos que se han erigido en jueces con una terrible indignidad.

Se puede criticar con dureza a un futbolista pero no atacar al hombre como lo han hecho contigo. Anoche, querido Karim, has sido el mejor de la final después de haber sido el máximo responsable de la clasificación contra el Bayern. Entiendo que puedas sentir algo de rabia pero, como tengo la suerte de conocerte personalmente, sé que eres un buen tipo. Así que la mejor respuesta que puedes dar ahora es perdonarles. Con grandeza.