Tomás Roncero

Neymar: en el nombre del padre

Actualizado a 10 de mayo de 2018 a las 13:14 CEST

Neymar prepara su llegada al Madrid. Es un secreto a voces desde hace un par de meses. El jugador brasileño es un megacrack, indiscutible talento situado solo por detrás de los dos auténticos jerarcas del fútbol mundial: Cristiano y Messi (por este orden). El Madrid quiere asegurarse al heredero de la corona a pesar de que la operación con el PSG va a resultar muy onerosa. Si Neymar costó 222 millones al club francés, será imposible arrebatárselo al club-estado parisino por menos de 300. Y no hay que olvidar lo 37millones de euros netos que cobra de ficha anual… ¡15 más de lo que cobra Cristiano en el Madrid! Con todo, mis recelos con Neymar no van por ahí, pues ya se sabe que es la ley del mercado y si quieres traer a los mejores hay que pagar por ello. Lo que no me convence del tema Neymar es su entorno, la hojarasca que le rodea. Yo le llamo “mirar las contraindicaciones del medicamento antes de comprarlo”. Que Neymar pondría en pie al Bernabéu y que con Cristiano formaría una pareja increíble es algo que todos los que amamos el fútbol tenemos muy claro. Discutirlo sería absurdo. Pero yo me refiero a lo que conllevará la llegada de Neymar.

Hablo de sus famosos toiss, sus escapadas a Brasil en mitad del curso para acompañar a su hermana en su cumpleaños, el hecho de que se pase dos meses en su mansión brasileña si sufre alguna lesión importante (es lo que ha hecho con el PSG) y, sobre todo, el apetito insaciable de su padre. Un hombre que cuando huele el dinero no tiene escrúpulos ni contratos que lo detengan. Su padre ya ha empezado a mover la maquinaria para sacar a su hijo de París y traerlo al Madrid. Como madridista es un orgullo que el tercer mejor jugador del mundo quiera venir al Bernabéu, algo que por cierto pudo hacer en 2013 hasta que prefirieron el dinero que llegaba del Barça de forma descontrolada. Por eso mi pregunta es: ¿Quién me garantiza que aquí no nos dejará Neymar tirados cuando a su papá se le antoje como ha sucedido con el Barça y el PSG? Esa es la cuestión. No perdamos el tiempo en discutir su inmensa calidad, sino en valorar las repercusiones de las famosas contraindicaciones del medicamento…

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