Lucas ya bautizó al Málaga
La historia del Málaga Club de Fútbol comenzó el 4 de septiembre de 1994 contra el Adra (1-1), cuyo entrenador era Lucas Alcaraz con 28 años de edad. De ahí pasó a Granada y Dos Hermanas, un modesto equipo sevillano que compitió por ascender a Segunda. Ascendió al Recreativo a Primera con una plantilla concebida para una permanencia ajustada y fue finalista de Copa contra el Mallorca de Gregorio Manzano (2003). Tras mantener al Racing entre los grandes obtuvo el segundo ascenso de su carrera con el Real Murcia (2007). Desde entonces rotó por numerosos clubes donde casi siempre ejerció de apagafuegos con notable éxito y tuvo una complicada experiencia como seleccionador de Argelia. Conocedor de los banquillos andaluces, ha pasado además por Córdoba o Xerez y en esta temporada rescató a un Almería que iba en picado, pero se fue tras una mala racha que volvía a complicar su permanencia.
Alcaraz es un tacticómano. Estudia los partidos en todos sus recovecos, pero no se vuelve loco con absurdas sesiones de vídeo. Algunos le tachan de ser muy defensivo o ‘amarrategui’ pero el fútbol que propone suele ser atractivo. El Málaga buscaba un entrenador con amplio conocimiento de Segunda y Lucas Alcaraz tiene el perfil ideal para la nueva realidad de un equipo que necesita una profunda cirugía, un cambio radical en su plantilla con numerosas entradas y salidad. Un nuevo Málaga. Lucas Alcaraz sabe forjar grupos con futbolistas de procedencias dispares. Y, no lo olviden, ya bautizó al Málaga.