Llull da moral a las tropas

Escribo esta columna de regreso de Alicante, donde he asistido a la II Cátedra Pedro Ferrándiz. Un nombre inspirador para afrontar la jornada de Euroliga de este miércoles, en la que el Real Madrid recibe en el Palacio de Deportes al Panathinaikos en el tercer choque de la eliminatoria de cuartos, que llega igualada de Atenas: 1-1. La serie vale una Final Four. El Madrid mostró allí dos versiones contrapuestas. En el primer partido recibió una tremenda tunda, agarrotado por el escenario, por la responsabilidad y por la competición. Un comerciante griego que tenía una tienda al lado del hotel, les dijo a su regreso: “Parecíais gallinas. ¿No queríais ganar o qué?”. Esta anécdota contada por Pablo Laso sirvió para espolear al equipo, que en el segundo partido recuperó la casta, peleó al límite y nunca perdió la cara.

Pedro Ferrándiz ganó cuatro veces la Copa de Europa con el Real Madrid. Pablo Laso conquistó la última, la novena, en 2015. Ninguno de los dos ha triunfado en los banquillos por dirigir una plantilla de gallinas. Aquella primera derrota del OAKA escoció tanto a los jugadores, que puede suponer el resorte que conduzca a la resolución de la serie. Esta semana se juegan dos partidos en Madrid. Nadie quiere volver al infierno griego, así que hay que ganar ambos. Un trozo de victoria ya se ha logrado con el adelantamiento a las 18:45 para no coincidir con la semifinal de fútbol. El madridismo tiene hoy dos citas. Y otro trozo ha sido el anuncio del regreso de Sergio Llull, ocho meses después de su lesión. Quizá no esté todavía para asumir muchos galones, pero su sola presencia ya da moral a las tropas.