Al Barça ya sólo le falta una victoria
La caída del Atleti en Anoeta liquida prácticamente LaLiga. Al Barça ya sólo le falta una victoria. Su siguiente partido, dado que por la final de Copa de mañana ha de aplazar el que le hubiera correspondido esta jornada (Barça-Villarreal, que se jugará el 9 de mayo, como el Sevilla-Madrid, por la misma causa), será la visita al Depor. Ganando allí, el Barça ya sería campeón el día que reciba al Madrid. Sin pasillo, ya saben. Por desgracia, lo que nació como reconocimiento noble ha ido degenerando ante malas miradas en una humillación, y ni lo quiso hacer el Barça en el Bernabéu con el Mundialito ni ahora el Madrid con LaLiga.
Claro que, se quiera o no, ese título que podemos dar por descontado y que no sabemos si vendrá en forma de doblete si antes el Barça vence al Sevilla en la final, dejará el júbilo en suspenso hasta ver en qué acaba la aventura del Madrid en la Champions. La dimensión de esta competición ha llegado a ser tan grande que la caída del Barça en Roma permitió que se hablara de fracaso de su temporada, a despecho de la perspectiva de ganar LaLiga invicto y estar en la final de Copa. Tal fue la psicosis tras aquella derrota que llegué a figurarme una caída como la del Madrid de Queiroz, fantasma que el Barça conjuró ganando al Valencia.
No se debe hacer de menos LaLiga, gane o no el Madrid la Champions. Por supuesto que esto chafaría el festejo culé, pero ahí quedará el mérito de haber ganado LaLiga, una competición que crece y crece, según explican sus números. Interesa en todo el mundo, ya ha superado en ingresos a la Bundesliga y se va acercando a la Premier, que hace cinco años nos doblaba. Se ve por todo el mundo, en especial el Clásico, que este año, a pesar de estar todo el pescado vendido, puede arrojar el interés de ver si el Madrid es capaz de ganar allí y romperle al Barça la ilusión de acabar LaLiga invicto, lo que sería toda una medalla.