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Después de Alemania, la prueba es Messi

Aunque Madrid se nos vacía, doce mil aficionados acudieron ayer al entrenamiento de la Selección, que, ya saben, hoy juega con Argentina. Estará Messi. Un España-Argentina sin Messi no hubiera sido lo mismo, ya que este partido, como el anterior, se ha fijado para conocer de verdad cómo estamos para el Mundial. La primera ‘prueba de esfuerzo’ la sacamos con nota en Düsseldorf. Esta sólo valdrá si está ahí Messi, y en efecto estará, junto a Higuaín, ese viejo conocido que está haciendo tan brillante carrera fuera del Madrid. Lo que no sabemos es quién jugará por España. Ese es un secreto que nunca desvela Lopetegui la víspera. Manías.

Jueguen los que jueguen, me resultaría simpático que en algún momento saliera Marcos Alonso III. Traté bastante al primero de la saga, Marcos Alonso Imaz, Marquitos para el fútbol, defensa de rompe y rasga, un entusiasta, alma hermana de Di Stéfano en el campo y en el hipódromo. Más todavía traté a su hijo, Marcos Alonso Peña, gran delantero, más recordado por más reciente. Ambos fueron internacionales. Si hoy saliera Marcos Alonso Mendoza, el nieto de Marquitos, se completaría por primera vez una saga de tres internacionales. No sería más que una anécdota, pero resultaría bonito. Y desde luego, talla de internacional tiene el chico.

Pero a lo que vamos es a ver a Messi y a La Roja. De Messi ha escrito Sampaoli en un libro de inminente aparición que “el Mundial es un revólver en su sien”. En su país le exigen que lo gane si quiere que le tengan por otro Maradona, no por un usurpador. Messi disfruta en el Barça y se agobia en la Selección, por tanto argentino que aún le mira como sospechoso. Hoy tiene una buena prueba, porque este partido se mirará en todo el mundo, y al tiempo es él mismo una prueba para la España de Lopetegui. Gran partido, bautismo del Wanda Metropolitano como campo para la Selección. Un marco formidable para un partido que promete.