Deportistas con desparpajo también en invierno

Este martes se cumplen 26 años del bronce de Blanca Fernández Ochoa en el eslalon de los Juegos Olímpicos de Albertville 1992. Aquella medalla figura en el deporte español como el primer podio olímpico femenino de la historia. Luego vinieron muchos más. En el periodo transcurrido desde el mágico 1992, las mujeres han logrado otras 47 medallas olímpicas (12 de oro, 20 de plata y 15 de bronce); los deportes de equipo han conquistado Mundiales en fútbol, baloncesto, balonmano, fútbol sala, waterpolo...; se han dominado escenarios inimaginables como la Fórmula 1 y el bádminton... Y, sin embargo, desde aquel lejano 20 de febrero hasta hace cinco días no se había conseguido ninguna medalla en los Juegos de Invierno. Sobre la nieve y sobre el hielo, el deporte español se desliza a una velocidad menor.

Regino Hernández, que rompió la racha en Pyeongchang, nos visitó este lunes en As. Javier Fernández, que le emuló dos días después, lo hará pronto. Dos deportistas con calidad y desparpajo, que demuestran que España también puede hacer sus cositas en invierno. Nunca seremos una potencia, pero hay que evitar que se repita semejante sequía. Como apuntan sus presidentes, May Peus y Frank González, “no hay que dejar escapar a las Riendas (habría que decir ya Reginos) y a los Javis del futuro”. También nos honraron en As cuatro campeones olímpicos de piragüismo, tras recoger sus Premios Nacionales 2016: Maialen Chourraut, Saúl Craviotto, Marcus Cooper y Cristian Toro. En su deporte, la competencia es tan grande, que si uno se relaja, otro le reemplaza. Con trabajo, planificación y apoyo, se alcanzan altas cotas.