Blanca Fernández-Ochoa: 25 años de la 1ª medalla femenina
El bronce de la madrileña en el eslalon de esquí alpino de los Juegos de Albertville (Francia) celebra sus 'bodas de plata'. Primera medalla olímpica femenina y última en invierno.
El bronce de la madrileña Blanca Fernández Ochoa en el eslalon de esquí alpino de los Juegos de Albertville (Francia), la primera medalla de una mujer española en unos Juegos Olímpicos, celebra sus 'bodas de plata', al cumplirse este lunes 25 años de su consecución.
Sólo unos meses antes de la gran eclosión que supusieron para España -tanto desde el punto organizativo, como de resultados- los Juegos de Barcelona, Blanca, nacida hace 53 años en Cercedilla (Madrid), se convirtió en la primera española en colgarse al pecho una medalla olímpica.
La de Blanca fue la segunda y -hasta la fecha- última que ganó España en unos Juegos de Invierno, después del oro con el que había sorprendido al mundo entero su hermano Francisco -el 'inmortal' "Paquito"-, al ganar el eslalon de los Juegos de Sapporo (Japón), veinte años antes.
Blanca, pionera, por tanto, del deporte femenino español -que en la actualidad proporciona más alegrías olímpicas que el masculino-, creció vinculada a la estación madrileña de Navacerrada, en cuya Escuela de Esquí trabajaba su padre. Y siguió su carrera inspirada por Paco -fallecido en 2006 a causa de un cáncer-, cuya gesta se produjo cuando ella apenas contaba ocho años.
"Recuerdo que, por la diferencia horaria, la carrera se veía aquí en España sobre las cuatro o las cinco de la mañana. Vivíamos en la Escuela de Esquí, en Navacerrada. Recuerdo a mi padre gritando 'oro, oro, oro'. Gritaban los profesores de esquí, gritaba todo el mundo. Me desperté y me levanté. Todo el mundo estaba saltando y gritando", recordaba la campeona madrileña en una entrevista con Efe previa a los Juegos de Sochi (Rusia), hace tres años.
"Me acuerdo de todo el recibimiento, cuando llegó a España. Mi hermano era campeón olímpico, pero tardé en valorar lo que realmente había conseguido. Que fue algo increíble", explicaba Blanca, a la que por poco se le escapó el oro en los Juegos del 88, en el gigante de Calgary (Canadá), que dominaba tras la primera manga, antes de caerse en la segunda. Con media España pendiente, en horario punta (ocho horas por delante del de la Alberta canadiense), del televisor, en una prueba que comentaba para TVE su hermano Paco.
Blanca ganó cuatro carreras de la Copa del Mundo -el gigante de Vail'85 (EEUU) y los eslalon de Sestriere'87 (Italia), Morzine'90 (Francia) y Lech'91 (Austria)-, una marca sólo superada en España por la granadina María José Rienda, ganadora de seis gigantes. Y cerró su carrera con el merecido bronce de Albertville. Una medalla que, según explicó a Efe la propia interesada este domingo desde Andorra, guarda "en" su "casa"; y por cuyo vigésimo quinto aniversario no piensa hacer "ningún festejo" especial.
"Lo de Calgary fue un auténtico jarro de agua fría para mí. Venía de hacer una temporada fantástica, en la que no salía de entre las cinco primeras casi nunca. Llegué a esos Juegos con la sensación de que 'pillaba' medalla, fijo. Caerme en la segunda manga cuando iba primera fue una decepción absoluta. Además, había anunciado mi retirada y lo pasé fatal", comentaba a Efe Blanca Fernández Ochoa.
"Pero al final todo el mundo... mis amigos, los federativos, incluso (Juan Antonio) Samaranch, me convencieron para seguir. Y eso hice. Cuatro años más, nada menos. Albertville supuso el pago a un trabajo bien hecho", recordaba la campeona de Cercedilla.
El eslalon de Albertville se lo anotó una campeona atípica, la austriaca Petra Kronberger -triple vencedora de la Copa del Mundo y primera de las únicas seis ganadoras en todas las disciplinas-, que decidió cambiar, de forma repentina y a mitad de temporada, el esquí por los estudios. A finales de 1992, con sólo 23 años.
Kronberger -que en esos Juegos también logró oro en la combinada- ganó por delante de la neocelandesa Annelise Coberger, cuya plata supuso la primera medalla en unos Juegos de invierno para un país del hemisferio sur. En una jornada histórica para el deporte español, que festejó ese día a su primera medallista olímpica.
Blanca esquió con el dorsal 8 -'Paquito' había ganado oro en el monte Taine (Taineyama) con el 2- y capturó la segunda medalla olímpica invernal de España en la estación de Meribel. En la que la andaluza Carolina Ruiz se convirtió, 21 años después, en la única española en ganar un descenso de Copa del Mundo. Y donde sufrió su grave accidente el alemán Michael Schumacher, séptuple campeón mundial de Fórmula Uno y plusmarquista de victorias, con 91.
"La medalla de Albertville fue un pago a la persistencia, al sacrificio. El trabajo siempre paga. Y cuando te caes, tienes que levantarte. Siempre. No importa las veces que te caigas. Lo importante es que te vuelvas a levantar", explicaba a Efe Blanca, que fue homenajeada, con todos los honores, en Cercedilla.
Su medalla y la de Paco, que se exhibió en Sapporo, al ganar por delante del italiano Gustav Thöni -gran dominador de aquella época como demuestran sus cuatro triunfos en la general de la Copa del Mundo (entre 1971 y 75)- y de su primo Roland, siguen siendo las únicas de España en Juegos de invierno. En cuyas veintidós ediciones dos medallas parece un exiguo botín, capturado, por fortuna, en el deporte rey: el esquí alpino.