May Peus: "Estamos trabajando para que si surge otra Rienda no se quede en el camino"
Encuentro con el presidente de la Federación Española de Deportes de Invierno. De fondo, los Juegos de Pyeongchang 2018, con opciones en el snow.
Con May Peus (Baqueira Beret, 45 años) llega el frío a Madrid. Es lo suyo. Parece que el presidente de la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI) lo hubiera arrastrado desde Salardú, en el Valle de Arán, de donde había salido de mañana. Un par de horas de coche hasta Lleida y AVE a Madrid. Camino que se conoce de memoria desde que ganara las elecciones en septiembre del 2014.
La gran baza es Lucas Eguibar (plata en snowboardcross en los Mundiales de Sierra Nevada 2016 y campeón de la Copa del Mundo 2015). Pero también cuentan Regino Hernández (plata con Lucas por equipos en los Mundiales, prueba que no es olímpica) y la rider Queralt Castellet, que vuela en el halfpipe (subcampeona mundial en 2015) y el big air. “Los tres son posibles diplomas o medalla”, reconoce.
“Queralt, si está en forma, puede sorprender. Pero son especialidades muy extremas. Un salto mal ejecutado te puede costar tres meses de baja. La grandeza del esquí o del snowboard es que puede ganar cualquiera de los quince primeros. Lucas está entre los diez mejores. Pero tras la plata mundial, iba primero en una semifinal de Copa del Mundo y le tiraron”, rebaja la euforia el directivo, haciendo hincapié en lo mucho que tiene de lotería el snowcross, donde cuatro o seis competidores descienden en su tabla por una pista salpicada de baches, saltos y peraltes.
El snowboard es ahora el escaparate de la RFEDI. “Ha ayudado a rejuvenecer el sector, también las estaciones. Y ha obligado al esquí a modernizarse. Surgió con un aire de revolución. Al principio llegó a estar prohibido, por las dificultades de convivencia con los esquiadores, pero ya está superado. En cualquier caso, lo ideal es que las estaciones cuenten con un snowpark”, radiografía.
“A Pyeongchang llevaremos diez o doce deportistas. Hay que ir a competir, no a participar. El papel debe ser digno”, advierte. A Sochi 2014 fueron quince, la delegación más numerosa. “Es la primera vez que hemos consensuado unos criterios técnicos. La gente no irá porque sí. A unos Juegos o a un Mundial hay que acudir ganándoselo”, deja claro.
La tabla del snow es también a la que se agarra ahora la RFEDI. “Los Mundiales de Sierra Nevada salieron muy bien, los resultados acompañaron con las dos platas y tuvieron su impacto a nivel de gente joven. Pero no me atrevo a decir a una estación española que organice una Copa del Mundo de esquí si no puedo comprometerme a tener a alguno de los nuestros en la segunda manga”, se sincera el presidente.
En los recientes Mundiales de Saintz Moritz, en febrero, participaron Quim Salarich (25º en eslalon) y Juan del Campo (35º en gigante). Y no hubo ninguna española, algo que no ocurría desde Inssbruck 1976, hace 41 años. Blanca Fernández Ochoa fue bronce en Albertville 1992 y después vinieron detrás Ainhoa Ibarra, Ana Galindo, María José Rienda (seis victorias en gigantes de Copa del Mundo), Carolina Ruiz (una victoria en descenso)...
¿Y ahora qué? “Trabajamos para que si surge otra Rienda no se quede en el camino. Si no llega, que no sea por falta de estructuras y medios. Hay que incidir en la base. Por ejemplo, las hermanas Jardí, Laura y Andrea, destacaban en Europa y no pudieron llegar. Se ha gestionado mal el dinero. Nuestra Federación llegó a tener seis millones de euros de presupuesto. Estamos en tres”, explica el aranés.
“Ahora, Julia Bargalló está integrada en la estructura de Italia, aunque con un entrenador de España. Disponemos de una Casa de España en Saas Fee, en Suiza, y eso ha permitido que nuestros deportistas puedan disfrutar de más días de nieve. También alojamos allí a los italianos y a cambio podemos disponer de una pista que tienen en Ushuaia”, enumera Peus. Se refiere al hotel Dom, alquilado y gestionado por la RFEDI para que sus equipos puedan entrenar más. Y para abaratar costes.
“En España tuvimos chicos en los ochenta que estaban entre los diez primeros del mundo en júnior y se quedaron en el camino”, se lamenta Peus, que esquió en el equipo nacional juvenil, dirigió quince años el Club Aranés d’Espòrts d’Iuèrn y al olímpico Paul de la Cuesta.
Muy atrás quedaron los días del pionero Paquito Fernández Ochoa, oro en Sapporo 1972. “¡Era un grandísimo esquiador y un personaje! Recuerdo que en un Europeo en Baqueira soltó unas vaquillas en el parking del hotel”, rememora divertido a la vez que anima a visitar su museo en Cerdecilla. Cree Peus, además, que “Navacerrada debería ser una estación más importante, si se cuidara, por su cercanía a Madrid”, a la vez que alaba la pista indoor Snowzone Xanadú: “Soy un gran defensor y acabamos de hacer allí una prueba de la Copa de España”.
“La temporada de nieve va a ser excepcional”, adelanta con las estaciones ya abiertas.
¿Y se podría retomar una candidatura española para los Juegos de Invierno? “La de Barcelona 2022 estaba muy bien trabajada. Un proyecto compacto con el hielo en la ciudad y la nieve a 120 km, en las estaciones del Pirineo. Al modo de Vancouver. Si se retomara, pero para ello se debería clarificar el panorama político, el Valle de Arán también podría tener cabida y no sería ningún disparate unos Juegos con su epicentro en Barcelona”, relata.
La pelea de Peus, desde septiembre de 2014, se ha centrado “en poner orden en lo deportivo y lo económico”. “Había quiebra técnica. Con patrimonio neto negativo de 750.000 euros. El año pasado se cerró con superávit de 300.000. En 2018 saldremos del plan de viabilidad del CSD. Ahora, nuestro presupuesto es de tres millones de euros, de los que 1,2 proceden de recursos propios con patrocinadores como Movistar, Audi o AC Hoteles”.
Según los últimos datos del CSD, las licencias están en torno a 3.500. “Vamos a presentar un proyecto, Spainsnow, que nos ayudará a aumentar las fichas ofreciendo un buen seguro de ocio y familiar. Los de los forfaits no cubren casi nada”, refiere Peus, que debe lidiar con tres federaciones internacionales: Esquí, Biatlón y Mushing (trineos). “Viene bien la diversificación”, asiente mientras construye la base para volver a tener una estrella en alpino.