No hace tanto (o quizá sí), el Calcio era el gran referente en Europa. Recuerdo mis primeros años en Canal +, cuando parecía que todo ocurría allí. Maradona o Ronaldo pasaban por el Barça y se iban a Italia. Sacchi marcaba la moda y no había mejor referente que aquel Milán de Rijkaard, Gullit, Van Basten y tantas otras estrellas locales, entre ellas Baresi, Maldini, Donadoni y Ancelotti, por no citarlos a todos. Ramón Mendoza, presidente del Madrid, lucía más que nunca cuando aparecía en la portada de La Gazzetta dello Sport. El respeto con que le trataban honraba al fútbol español. Él correspondió copiando las torres de San Siro.

Pasaron los años, y aquel fútbol dominante murió de sí mismo. Murió de su gloria, de su engreimiento y sobre todo de su tacticismo. Los entrenadores dominaron, convirtieron el fútbol en ajedrez, desconfiaron de los jugadores de talento, dejaron en el banquillo a los Baggio, si los tenían, pero si al de enfrente se le ocurría sacar a un Baggio, dedicaban tres a marcarle. Todo empezó a ser presión, arriba, en medio y abajo. Y mucho fútbol de pizarra. Así que Ronaldo regresó. Maradona no, porque no tuvo tiempo. Pero Zidane escogió España. Al mismo tiempo, el fútbol casi agrario y castrense de Inglaterra se civilizaba, buscaba otras cosas.

Pasado el tiempo, veo en La Gazzetta dello Sport, referente internacional del fútbol italiano, el titular. “Tele: manda España”. Recoge la compra por parte de Mediapro de los derechos del Calcio y expresa su ilusión porque aparezca Tebas allí con sus fórmulas. Un curioso y preciso artículo de Filippo Ricci habla de la curiosa alianza entre Roures (Mediapro) y Tebas, de ideologías tan opuestas. Aquel, de fama trotskista y separatista; éste, de confesión ‘fuerzanovista’. Piensan muy distinto sobre según qué cosas, pero han sido durante años socios leales que han puesto LaLiga donde nunca estuvo y ahora asaltan el Calcio. Un caso muy curioso.