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Los Hispanos han barrido en el Europeo

¡Por fin! Cuatro finales de este campeonato había perdido el balonmano español, que sin embargo había ganado dos veces el Mundial. Ahora se ha quitado esa espina con un Europeo perfecto, en el que en el último tramo ha ido venciendo sucesivamente a los que le ganaron las tres últimas de esas finales: Alemania en la segunda fase, Francia en semifinales y Suecia, en la final, a la que España llegaba como favorita. El gran zapatazo fue ganar a Francia en las semifinales. La cátedra daba a los franceses por los mejores del momento, pero los Hispanos se rebelaron contra ese pronóstico. Los mejores han sido ellos.

Un gran triunfo para un deporte que reclama más atención. Su primer Mundial llegó antes que aquel del baloncesto en Japón. En realidad, aquel éxito en Túnez fue el clarinete que anunciaba esta fabulosa época del deporte español, que aún no cesa, pero la atención al balonmano es menor, y de eso se duele. Es un gran deporte, el que selecciona el mejor tipo físico (han de ser todos grandes, fuertes, rápidos y ágiles), cuajó en España hace tiempo, pero el campeonato doméstico conoció mejores días. Cuando perdió al Atlético sufrió un golpe grave. El Ciudad Real lo remedió durante años, pero su desaparición fue el remate.

De los diecinueve que han participado en el campeonato, sólo siete juegan en España, y cinco de ellos lo hacen en el Barça, que se ha quedado solo. Año tras año se pasea por el campeonato. Paco Blázquez, el presidente de la Federación (al que muchos ven como sucesor en el COE de Blanco, que ya ha anunciado que no se presentará a la reelección), se encuentra con esa paradoja: una gran Selección, pero una Liga con poco seguimiento que gana siempre el mismo y una fuga constante de jugadores a Francia, Alemania, Polonia, Eslovenia, Macedonia... Una lástima. Pero el alegrón de hoy no nos lo quita nadie.