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Setién y la delgada línea verde

Real Madrid, Sevilla y Barcelona. Sólo tres veces en su historia ha logrado el Betis este triplete de triunfos mágicos (34-35, 64-65 y 87-88) y la noche vuelve a brindarle otra posibilidad. Se viste de gala el Villamarín para una visita grande en la que los verdiblancos, parece mentira, se juegan bastante más que redondear esa estadística, apretar el torneo o alcanzar la gloria: la jornada del sábado volvió a retrasar en la tabla al equipo de Heliópolis, del 7º al 9º y, si pierde hoy, los resultados de domingo y lunes podrían devolverle a la segunda mitad de la clasificación. Así está este Betis ciclotímico que gana en el Bernabéu, pierde 5-0 en Eibar y 3-5 contra los suplentes del Cádiz para caer eliminado en Copa, se pasa 7 partidos sin ganar... y de repente toma Nervión con su primera manita en un derbi.

Quique Setién anda haciendo malabarismos con una plantilla que esta campaña ganó en calidad pero perdió efectivos, corta a todas luces y para la que el nuevo mandamás deportivo Lorenzo Serra sólo fichó un defensa realmente contundente, el marroquí Zou Feddal. Así que el entrenador santanderino tenía dos opciones: 1. Parapetarse atrás y esperar un milagro arriba o 2. Lanzarse al ataque y rezar para que le ocurrieran pocas cosas (malas) abajo. “Cruyffista a toda costa” como él mismo se declara, estaba claro que Setién optaría por morir matando. De momento su Betis subsiste sobre esa delgada línea verde gracias a una mayor efectividad en el intercambio de golpes. Algo curiosísimo, porque le sale incluso mejor cuando se enfrenta a rivales con la calidad ofensiva de Madrid, Sevilla... ¿y Barça?