Concha Velasco, la chica del As
Ayer recibimos en As a Doña Concha Velasco, eximia actriz a quien los de mi generación aún mencionamos como Conchita Velasco. La conocimos como ‘chica de la Cruz Roja’ (novia de la Primavera), en recuerdo de una película que marcó un tiempo. Para nosotros fue el acto final del cincuentenario de As. Ella fue la primera ‘chica del As’, en nuestro número uno aparecía en la penúltima página, dando un salto espectacular frente al Palacio Real, captado por Torremocha. Pasados cincuenta años, ambas partes, Doña Concha y As nos reconocemos amigos en esa imagen que ha quedado para el recuerdo como un grito de libertad.
Concha Velasco fue una pionera. Nacida en Valladolid, hija de militar que fue trasladado a Larache, descubrió pronto que quería ser artista. Su primera vocación, de la que no reniega, sino al revés, fue el ballet. Rompió barreras en su tiempo, protegida por su madre, hasta convencer a su severo padre, que acabó por ser un devoto de su arte. Cuando salió As a la calle ya era una actriz célebre que había apoyado, a instancias de Samaranch, la campaña de ‘contamos contigo’, en la que brilló en paracaidismo, cama elástica y otras especialidades. De ahí que As la escogiera en su primer número como abrazo entre la mujer y el deporte.
Todas las chicas del As proceden de aquella. Durante un tiempo, justificamos la exposición del cuerpo femenino en aquel brillante gesto de Concha Velasco, que lucía tipo y salud. Con el tiempo, la idea derivó en la exposición del cuerpo femenino, sin más. Una pérdida de enfoque, hay que admitirlo. Hoy sigue habiendo cada día una Chica del As, preservando aquella tradición que nació con Conchita Velasco, cuyo salto brillante elogiaba los beneficios del deporte. En eso estamos otra vez, tras muchos años en los que hicimos lo que no debíamos. Ahora sigue habiendo Chica del As, pero en un sentido coincidente con la primera.