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Luka Doncic aún tiene una cuenta pendiente

Cuando pintaban bastos, el Real Madrid ha vuelto a sacar el carácter de equipo campeón. Tras acumular seis derrotas en siete partidos y lucir por primera vez balance negativo con el actual formato de la Euroliga, los de Pablo Laso han reaccionado sumando cuatro triunfos seguidos. Los dos últimos fuera de casa, en Alemania y en la pista del vigente campeón. Aunque no esté en su mejor momento, no es fácil remontar 11 puntos al Fenerbahçe en el Ulker Sports Arena. Y más sin los lesionados Llull, Rudy, Randolph, Ayón y Kuzmic. Al margen de lo que acontezca en primavera, hay que quitarse el sombrero por cómo han salvado los blancos el primer tramo de la temporada: líderes en solitario de la Liga Endesa y con 9 victorias y 6 derrotas en el zurrón al término de la primera vuelta de la máxima competición continental. Un mérito mayúsculo.

Una reacción formidable comandada por el eterno Felipe Reyes y un chaval de 18 años que ya reina en el Viejo Continente. La pasada temporada, la de su explosión, naufragó en los dos partidos que el Madrid disputó en Estambul ante el a la postre campeón de Europa. Una herida que empezó a sanar con un Eurobasket de ensueño. Fue en la antigua Constantinopla donde contribuyó decisivamente al primer oro continental de su país, Eslovenia. Hoy, se quedó a dos rebotes de firmar el primer triple-doble en 11 años de la Euroliga: 20 puntos, 8 rechaces, 10 asistencias, 10 faltas recibidas para 37 créditos de valoración. Le podrán salir mejor o peor las cosas (1/7 en triples), pero no se arrugó y fue a por el partido en todo momento. Con calidad y sangre fría (11/12 desde la línea de tiros libres) acabó silenciando al temperamental y ruidoso público turco. El mismo que le vio caer hace solo unos meses. Una de esas actuaciones que le acercan a la NBA, su futuro hábitat. Pero antes de cruzar el Atlántico, tiene una cuenta pendiente: ganar la Euroliga. Avisados quedan.