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Fútbol en Inglaterra, fútbol en Canarias

Como cada año, hoy nos hacemos niños. Las fotos que acompañan nuestras informaciones y opiniones son las de nuestros días de la inocencia, en homenaje a lo que hoy se conmemora. Además, les confieso, los periodistas deportivos lo somos porque no hemos dejado de ser niños. El nuestro es el mundo de Nunca Jamás de Peter Pan. Se precisa un espíritu infantil para sentir que no hay nada más serio que el juego, para conceder extrema importancia a las cosas del deporte que, ya saben, no pasa de ser la más importante de las cosas pequeñas. No da soluciones, pero sí alegrías, y de eso se vive en la infancia. Las soluciones son cosa de los mayores.

Estos, son días de niños. No sólo hoy, sino todo este periodo feliz. Por eso siempre lamento que nuestra Liga pare, que le ceda este espacio a la Premier. Hace poco Balagué nos hacía, en palabras de Bruno Saltor, lo que significan estas fechas para la Premier: “Cuando ves a tantos niños en la grada, lo entiendes todo. Es una atmósfera eléctrica”. La pasión de los niños acaba liberando a los jugadores de corsés tácticos, juegan de una forma más espontánea, más divertida. La Premier se relaciona con las fiestas en estas cuatro jornadas de Liga, más la tercera ronda de Copa, que se juegan entre el 23 de Diciembre y el 8 de Enero.

El fútbol abrazado a la fiesta, a los niños, de los que muchos debutan como espectadores en estas fechas. Aquí tenemos al menos la Liga Promises, que en invierno nos trae su versión internacional. Una ocurrencia de Carmelo Zubiaur que José Ramón de la Morena viene cuidando con esmero desde hace tantos años que los niños de la primera hornada ya se están retirando del fútbol o cerca de ello. Fútbol infantil, jugado con ese espíritu que justifica aquellas palabras de Rabindranath Tagore: “Cada niño nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres”. Pero luego crecemos y defraudamos esa esperanza.